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Los alimentos ultraprocesados pueden ser tan adictivos como el tabaco, según la ciencia

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Componentes como las grasas transaturadas o los carbohidratos refinados activan el cerebro de una manera similar a como lo hacen la nicotina o el alcohol, lo que explica porcentajes de adicción similares.

Incluso en países como España, conocidos en todo el mundo por sus patrones alimenticios especialmente saludables, los alimentos ultraprocesados son prácticamente ubicuos. Se trata, al fin y al cabo, de productos relativamente asequibles, diseñados para ser lo más sabrosos posible y para ofrecer la máxima comodidad y conveniencia. 

No obstante, cada vez más estudios están encontrando pruebas de lo perjudiciales que pueden resultar para nuestra salud, con una gran variedad de efectos negativos sobre áreas tan diversas como nuestro sistema metabólico o nuestra salud mental. Incluso, una nueva investigación concluido que pueden llegar a resultar tan adictivos como el tabaco.

Niveles de adicción en niños sin precedentes

Según explican estos autores en el medio especializado The BMJ, las personas consumen de manera compulsiva alimentos ricos en carbohidratos refinados y grasas añadidas, que activan los sistemas de recompensa en nuestro cerebro de un modo similar a como lo hacen sustancias como la nicotina. Incluso, en algunos casos este patrón de consumo, afirman, cumple los criterios clínicos para un diagnóstico de trastorno por uso de sustancias.

El artículo en cuestión es un análisis de dos revisiones sistemáticas previas que, en conjunto, tomaban 281 estudios llevados a cabo en 36 países diferentes. Aplicando la escala de la Universidad de Yale para las adicciones a alimentos, hasta un 14% de los adultos y un 12% de los niños son adictos a los ultraprocesados. De manera llamativa, los niveles de adicción al tabaco y al alcohol en los estudios son del 18% y el 14% respectivamente, y no existe ningún precedente de niveles de adicción en los niños como los observados en este trabajo.

Cabe señalar que la escala de adicción a los alimentos de Yale tiene en cuenta once criterios sintomáticos para diagnosticar el trastorno, incluyendo una disminución del control sobre el consumo, impulsos por consumir, síndrome de abstinencia y uso continuado a pesar de las consecuencias negativas.  Este tipo de fenómenos, a su vez, se relacionan con los mecanismos núcleo de las adicciones, tales como la disfunción neural relacionada con el sistema de recompensa, la impulsividad o la desregulación emocional, así como con una peor salud tanto física como mental y una peor calidad de vida. 

Un mecanismo similar al de la nicotina

Existen algunas teorías sobre por qué este tipo de alimentos tiene tal potencial adictivo. Por una parte, cabe señalar que se trata de la principal dieta de carbohidratos refinados y grasas añadidas en la dieta actual. De acuerdo con las evidencias disponibles, estos componentes de los alimentos provocan aumentos en los niveles extracelulares de determinados neurotransmisores asociados al sistema de recompensa del cerebro (notablemente, la dopamina) similares a los observados con la exposición al alcohol o la nicotina.

Otra cuestión importante es la velocidad a la que estos productos son capaces de proporcionar estas sustancias en el intestino. Se ha observado que los métodos de administración más rápidos (por ejemplo, los cigarrillos frente a los parches de nicotina) producen efectos adictivos más intensos.

Finalmente, los autores apuntan al hecho de que las altas recompensas frente a sustancias como las grasas o los carbohidratos refinados tienen sentido desde un punto de vista evolutivo, ya que se trata de alimentos muy energéticos. No obstante, mientras que estas sustancias son muy escasas en los alimentos naturales, son muy comunes en los procesados industrialmente, precisamente para hacer ese producto más atractivo a los consumidores.

Cómo perjudican tu salud

El diseño de los alimentos ultraprocesados persigue una serie de objetivos: ser ampliamente rentable para el fabricante (ingredientes de bajo precio, larga vida útil), conveniente (lista para consumir) y altamente atractiva para el consumidor. Estas cualidades suelen conllevar un compromiso para nuestra salud.

Por ejemplo, desde hace mucho tiempo se sabe que el consumo excesivo de carbohidratos refinados y grasas saturadas se asocia a un mayor riesgo de padecer depresión y otros trastornos de corte metabólico y endocrinológico, como diabetes de tipo II o inflamación crónica. Similarmente, existe un gran volumen de evidencia que los ha relacionado con las enfermedades cardiovasculares como la hipertensión, el ictus o el infarto.

Más recientemente, otros estudios han encontrado que la presencia habitual de estos ingredientes en la dieta podría aumentar el riesgo de padecer ciertas formas de cáncer o incluso trastornos que afectan a la salud mental, como depresión o ansiedad.

Referencias

Gearhardt A N, Bueno N B, DiFeliceantonio A G, Roberto C A, Jiménez-Murcia S, Fernandez-Aranda F et al. Social, clinical, and policy implications of ultra-processed food addiction. BMJ (2023) DOI:10.1136/bmj-2023-075354

Artículo tomado de 20minutos, lea el original aquí.

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Categorizado como Salud

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