Sin sintomatología específica, la clave para identificarlo es un análisis de sangre y las primeras medidas en caso de que sea alto pasan por revisar la dieta, hacer ejercicio y erradicar hábitos nocivos como el tabaco y el alcohol
Los índices de colesterol copan titulares y protagonizan campañas de publicidad casi sin descanso. Y pese a tener más información que nunca, la Fundación Española del Corazón (FEC), citando datos del Estudio Enrica, indica que en España casi la mitad de personas que sobrepasa el límite adecuado (200 mg/dl), no es consciente. El riesgo cardiovascular que conllevan estos índices altos obliga a tener clara la importancia de la detección precoz, qué hacer para evitarlo y controlarlo.
Un 50,5 por ciento de la población adulta española sufre hipercolesterolemia, según la FEC. El dato ha impulsado numerosas campañas de concienciación por parte de la Sociedad Española del Corazón (SEC) y de las vinculadas con la Atención Primaria y la Farmacia. Durante la pandemia, la FEC y la SEC alertaron de que las revisiones habían disminuido de forma preocupante: 7 de cada 10 personas dejó de acudir a revisar sus niveles de colesterol.
Las enfermedades del sistema circulatorio, estrechamente vinculadas con niveles altos de colesterol, siguen teniendo el peso predominante como principal causa de muerte en España: 26 por ciento de las defunciones en 2022, por delante de los tumores (24,8 por ciento). Enfermedades isquémicas del corazón, cerebrovasculares e insuficiencia cardíaca son las patologías más destacadas. Si bien la población tiene claro el riesgo de la alteración de lípidos en sangre (colesterol y triglicéridos), en la práctica no lo controla en la medida deseada.
Cómo saber si tengo riesgo de sufrirlo
El colesterol no tiene sintomatología específica asociada, así que será un análisis de sangre el que nos ponga en alerta. En cuanto a riesgos de sufrirlo que pueden escapar de nuestro control, la variante genética es un factor a tener en cuenta. Hay también determinadas patologías que pueden incrementar los niveles nocivos: renales, diabetes, VIH, hipotiroidismo o lupus. Asimismo deben tenerse en cuenta medicaciones que pueden influir, como las destinadas a tratar el cáncer o la hipertensión, entre otras.
Revisar la dieta, el primer paso para controlarlo
Si la consulta médica determina que el umbral del colesterol no es demasiado elevado y tampoco hay patologías previas asociadas, lo primero que deberá hacer el paciente es revisar su dieta. Eliminar grasas saturadas, reducir el consumo de sal y aumentar la proporción de alimentos saludables (frutas, verduras, cereales) es la primera receta a tener en cuenta. El índice de masa corporal también es un factor clave: si es superior a 30, el riesgo de hipercolesterolemia es mayor.
Cambiar de hábitos, el segundo paso
Junto a una dieta equilibrada, el segundo paso fundamental tiene que ver con modificar hábitos que resultan tóxicos para nuestros niveles de colesterol y triglicéridos. Erradicar el sedentarismo y comenzar a realizar algún tipo de ejercicio físico periódico es clave. En segundo lugar, erradicar el consumo de tabaco y alcohol, siguiendo las evidencias científicas que han probado su incidencia.
Artículo tomado de 20minutos, lea el original aquí.