En un mundo donde la incertidumbre se ha convertido en la única constante, la importancia de un seguro de gastos médicos mayores se ha incrementado de manera exponencial, especialmente frente a los contagios de Covid-19
Desde su aparición en 2019, el Covid-19 ha transformado radicalmente nuestras vidas. A nivel global, la pandemia ha causado millones de infecciones y ha dejado un saldo trágico de fallecimientos. En México, hasta abril de 2023, se han reportado más de 5 millones de casos y más de 300,000 muertes. Estas cifras, aunque alarmantes, solo representan una fracción del impacto total de la pandemia, que también incluye la presión sobre los sistemas de salud y las consecuencias económicas para los individuos afectados.
Panorama global
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que aproximadamente el 50% de la población mundial carece de cobertura completa de servicios de salud esenciales. En México, un estudio reciente reveló que solo el 47% de la población cuenta con algún tipo de seguro de salud. Esta brecha en la cobertura deja a millones vulnerables ante emergencias sanitarias como el contagio de Covid-19.
Importancia del SGMM
En este contexto, los seguros de gastos médicos mayores (SGMM) emergen como una herramienta vital. Estos seguros ofrecen cobertura para enfermedades graves y tratamientos costosos, que de otra manera representarían una carga financiera insostenible para muchas familias. Con la amenaza constante de nuevas variantes del Covid-19, la relevancia de estos seguros se intensifica. No solo proporcionan una red de seguridad financiera, sino que también garantizan acceso a cuidados de salud de calidad en momentos críticos.
Los especialistas consideran que es fundamental contar con un SGMM, en la actualidad es más que una simple precaución; se ha convertido en una parte esencial de la planificación financiera y de salud de cualquier individuo o familia. Este tipo de seguro se presenta como una fortaleza contra las incertidumbres de la salud y los imprevistos médicos que pueden surgir en cualquier momento.
En un mundo donde los gastos médicos continúan incrementándose y las emergencias de salud, como las pandemias, se han vuelto una realidad palpable, tener una póliza de gastos médicos mayores no es solo una cuestión de precaución, sino una necesidad para proteger el bienestar y la estabilidad económica. Este seguro ayuda a mitigar el impacto financiero que pueden tener enfermedades graves o accidentes inesperados, asegurando que la calidad del tratamiento médico no se vea comprometida por limitaciones económicas.
El SGMM sirve como un soporte integral para cubrir una amplia gama de servicios y tratamientos médicos que no están típicamente incluidos en los seguros básicos de salud. Esto incluye, pero no se limita a, hospitalizaciones prolongadas, cirugías especializadas, tratamientos para enfermedades crónicas o graves, y en algunos casos, atención médica en el extranjero.
Además, proporciona una cobertura más amplia en términos de acceso a una red más extensa de hospitales y especialistas, lo cual es crucial para recibir la mejor atención disponible. En esencia, este tipo de seguro representa una inversión en la salud y el futuro, permitiendo a las personas y familias enfrentar desafíos médicos con mayor seguridad y confianza, sabiendo que cuentan con un respaldo financiero robusto en tiempos de necesidad.
Al elegir un seguro, es esencial hacerlo con información y criterio, considerando no solo las necesidades actuales sino también las futuras. En un entorno donde los riesgos para la salud están en constante evolución, un seguro de gastos médicos mayores proporciona tranquilidad y seguridad, permitiéndonos enfrentar desafíos imprevistos con confianza y resiliencia.
La pandemia de Covid-19 ha reforzado la importancia de estar preparados para emergencias de salud. Un seguro de gastos médicos mayores no es solo una inversión en su bienestar físico; es una salvaguarda crucial para su estabilidad financiera. En un mundo post-pandemia, estas pólizas no son un lujo, sino una necesidad.
Artículo tomado de El Economista, lea el original aquí.