Los juguetes son una herramienta clave para aprovechar la gran capacidad lúdica de niñas y niños y fomentar el desarrollar de habilidades blandas que cada vez son más demandadas en el mundo laboral como la creatividad, el pensamiento analítico y la resolución de problemas, entre otras.
La Navidad puede ser una buena oportunidad para regalar sonrisas, pero también para impulsar intencionalmente el desarrollo habilidades. Competencias como la resolución de problemas, la toma de decisiones o la innovación, habilidades de alta demanda en el mercado laboral, pueden ser fomentadas con juguetes. Desde cubos de Rubik hasta videojuegos, éstos pueden ser una vía para que desde la niñez se formen cualidades que ayuden al desarrollo del potencial.
“Todo lo que sucede en la infancia nos prepara para desarrollar las habilidades del futuro del trabajo como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la creatividad; habilidades sociales, el control emocional, aprendizaje continuo, comunicación, entre otras. Los juguetes juegan un papel crucial en el desarrollo de estas competencias”, apunta Mónica Duarte, líder de Acompañamiento Pedagógico e Innovación del Tec de Monterrey.
De acuerdo con la encuesta Reimaginar el desarrollo de habilidades, desde las voces de adolescentes en América Latina y el Caribe, elaborado por Unicef, tres de cada 10 adolescentes y jóvenes en la región reconocen que el mercado laboral demanda habilidades y experiencia que ellos no poseen.
“La mayor cantidad de aprendizaje que tendremos es en los primeros siete años de vida. No es una coincidencia que esos primeros siete años sean también cuando tenemos la mayor capacidad lúdica. Los juegos son importantes porque son un medio que posibilita desarrollar habilidades, primero que nada motrices y emocionales”, afirma Ximena González-Grandón, especialista del departamento de Educación de la Universidad Iberoamericana.
¿Qué juguetes pueden regalar Santa Claus y los Reyes Magos para aprovechar la capacidad de aprendizaje de los niños y apoyarlos en el desarrollo de habilidades? Éstas son algunas recomendaciones de las especialistas:
- Bloques y piezas para construir: En esta clasificación encontramos rompecabezas, cubos de Rubik y bloques. Estos juguetes ayudan a desarrollar la capacidad motriz fina, algo esencial para habilidades como la escritura o el uso de computadora. Además, fomentan la creatividad o la resolución de problemas.
- Juegos de mesa: Al requerir de más de un persona para jugarlos, se convierten en herramientas para el desarrollo de habilidades sociales y emocionales como la comunicación o el trabajo en equipo.
- Videojuegos: Los juegos virtuales de aventuras, adecuados para cada rango de edad, abren la oportunidad para desarrollar competencias como la toma de decisiones o el pensamiento crítico.
- Figuras de acción y muñecas: Al combinarse con la imaginación, estos juguetes también pueden ayudar en el fomento de habilidades como la innovación o la creatividad.
- Juguetes con texturas: Especialmente en la primera infancia, juguetes como los tapetes con textura ayudan a estimular el sentido del tacto, al igual que los módulos de diversión donde los bebés pueden agarrar figuras con colores, texturas y sonidos.
- Juguetes que involucren secuencias o patrones: Este tipo de juegos ayuda a desarrollar las bases para las competencias de programación.
- Instrumentos musicales: No sólo divierten, sino contribuyen a una mejor destreza manual y son base para el desarrollo de habilidades más complejas.
“Los juguetes siempre tienen un objetivo enfocado al desarrollo. Cuando los diseñadores hacen un juguete, piensan en las habilidades que quieren desarrollar, pocas veces es sólo diversión, casi siempre tienen un objetivo”, subraya Mónica Duarte.
Por su parte, Ximena González-Grandón puntualiza que en la primera infancia, los juguetes y los juegos contribuyen en el desarrollo de una base de habilidades que permiten formarse en competencias más complejas en la vida adulta.
De acuerdo con el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), las habilidades más demandadas por las empresas para los próximos cinco años son:
- Pensamiento analítico
- Pensamiento creativo
- Inteligencia artificial y macrodatos
- Resiliencia, flexibilidad y agilidad
- Liderazgo e influencia social
- Empatía y escucha activa
- Curiosidad y aprendizaje permanente
- Gestión medioambiental
- Diseño y experiencia de usuario
- Orientación al servicio
Aunque los juguetes son una parte fundamental en el desarrollo de habilidades en los primeros años, las especialistas coinciden en que el tiempo que destinan los padres y madres a jugar con los niños es también clave para la formación lúdica.
“El rol de los padres, madres y tutores va más allá de comprar el juguete, es importante que se integren en el juego de los hijos, que vean su desarrollo. A medida que se integren en el juego, van a comprender su desarrollo y crearán un vínculo afectivo incluso más disfrutable”, explica Mónica Duarte.
El papel de los videojuegos
Para los adolescentes también hay opciones para desarrollar competencias de alta demanda en el mercado de una manera entretenida, entre ellas, los videojuegos.
“Los futuros trabajadores, así como los estudiantes que actualmente son alumnos de las escuelas y de la educación terciaria, necesitan estar bien equipados y motivados para capacitarse y especializarse en las ocupaciones menos expuestas a la automatización. Y los videojuegos pueden jugar un rol en este sentido”, resalta el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en su informe Los videojuegos no son un juego.
Con los juegos virtuales se pueden desarrollar habilidades como la resolución de problemas, el pensamiento lógico, el enfoque en tareas simultáneas, la agilidad mental y el trabajo colaborativo, entre otras, todas ellas son clave para obtener mejores resultados en áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
“Existe una evidencia que vincula estos procesos de aprendizaje basados en la experimentación con mejores resultados académicos La perseverancia y la motivación pueden verse asimismo positivamente afectadas, porque en los videojuegos se adquieren recompensas por el esfuerzo de resolver pruebas, avanzar a través de los diferentes niveles, etcétera”, señala el estudio del BID.
Artículo tomado de El Economista, lea el original aquí.