Hay muchos consejos que seguir para que el frío no afecte a nuestra salud. Una de las más curiosas es la recomendación de respirar por la nariz, algo que parece tener mucho más sentido cuando descubres por qué.
Si bien hay que tener especial cuidado con el frío extremo por el riesgo de hipotermia y congelación, las bajadas de temperaturas también pueden afectar negativamente a nuestra salud, porque disminuyen las defensas y favorecen determinadas enfermedades respiratorias, como los resfriados, gripes o neumonías; el frío agrava enfermedades crónicas, como las cardiacas y respiratorias. Además de los enfermos crónicos, también son especialmente vulnerables las personas mayores y los niños.
Respirar por la nariz, recomendado frente al frío
El aire se calienta al pasar por las fosas nasales y así disminuye el frío que llega a los pulmones. Así lo establece el Ministerio de Sanidad y por eso recomienda que, ante la bajada de temperaturas, es una buena idea evitar respirar por la boca. Esta recomendación es para las épocas de frío, pero lo cierto es que la respiración nasal es la recomendada en todo momento porque la estructura nasal ofrece ciertas ventajas.
Por ejemplo, filtra las impurezas gracias a su mucosa, que evita que impurezas, como el polvo, los gérmenes o determinados patógenos, entren en nuestro cuerpo al respirar. Esta es una protección que no tenemos cuando respiramos por la boca. Si el aire que respiramos es caliente y seco, al pasar por las fosas nasales se humedece, lo que evita que se resequen las cuerdas vocales; si el aire es frío, se calienta, lo que evita que el cambio de temperaturas se note. Respirar por la nariz aumenta los niveles de oxígeno en sangre.
Además de acordarnos de respirar por la nariz, en épocas de frío también conviene tomar ciertas precauciones, como limitar las actividades al aire libre y hacerlas siempre con precaución, prestando especial atención a la posibilidad de que haya placas de hielo que puedan provocar caídas. También es importante protegerse de la humedad y el frío, cubriendo cuello, manos y cabeza, y usando mejor varias capas ligeras que solo una más gruesa, porque forman cámaras de aire aislante entre ellas.
Consecuencias de respirar por la boca
Respirar por la boca en lugar de hacerlo por la nariz puede considerarse un mal hábito, pero además tiene ciertas consecuencias que conviene tener en consideración, sobre todo en el caso de los niños. Elimina la protección que sí supone respirar por la nariz, el aire ni se filtra ni se calienta, pasa directamente a los pulmones aumentando el riesgo de infecciones respiratorias y alergias. También puede contribuir a problemas de salud crónicos como la ronquera, el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).
Hallar la causa puede ayudar a ponerle remedio porque en caso contrario puede producir alteraciones que afectan a la mandíbula, los dientes o la forma del rostro. Algunas personas respiran por la boca a causa de una obstrucción nasal, como sucede cuando existe una desviación del tabique nasal, o cuando se tienen alergias, se padece asma o tienen pólipos nasales. También en personas que se han acostumbrado a ello por haber sufrido constantemente infecciones, como sucede en el caso de los niños.
Este suele ser un hábito que se produce durante la infancia, lo que hace que las repercusiones sean mayores, porque los huesos de la zona no se desarrollaran de manera adecuada, la musculatura del interior de la boca tampoco y esto puede producir que el niño no pueda cerrar la boca. Esto puede provocar que se incrementa la evaporación y disminuya la producción de saliva, favoreciendo el mal aliento y los labios secos y, con el tiempo, caries y gingivitis. También puede afectar a la pronunciación.
En general, conviene evitar respirar por la boca, salvo cuando se hace ejercicio intenso, que necesitamos un extra de oxígeno, o al hablar, que la inspiración es conjunta.
Artículo tomado de 20minutos, lea el original aquí.