Si bien el aceite de linaza se ha colado en las cocinas en los últimos años dado su gran aporte de ácidos Omega 3, las semillas del lino son todavía las grandes desconocidas en el ámbito de las infusiones, pese a sus interesantes propiedades digestivas y antioxidantes.
En tiempos de comidas y cenas copiosas que se prolongan durante horas, siempre es bienvenida una infusión que nos ayude a calmar las posibles molestias estomacales. Manzanilla o poleo son las plantas más socorridas, pero hay otras opciones que además suman a sus efectos digestivos otras propiedades. Es el caso de combinar limón y linaza (semillas de lino), un cultivo que abunda en Canadá, pero que también tiene presencia en diversas zonas de España.
Cuesta pensar en el lino como un remedio estomacal y más aún como un restaurador natural del colágeno. Asociamos esta planta a los tejidos: su tallo es la clave en este sentido, mientras que su semilla, la linaza, contiene importantes nutrientes que pueden materializarse en harina, aceite y ahora también se ha redescubierto la infusión.
Lo cierto es que las propiedades del aceite de linaza también han acaparado titulares de forma especial en los últimos años, convirtiéndose en una presencia indispensable de la cocina vegetariana y vegana. Sin olvidar sus usos cosméticos dadas sus cualidades hidratantes y antiinflamatorias.
Propiedades digestivas y antioxidantes
Los nutrientes estrella de la linaza son los ácidos grasos Omega 3 y la fibra dietética, abarcando esta más de un cuarto de su composición. En cuanto a la parte grasa, sabemos de sus propiedades como protector cardiovascular, pero también se ha probado su efecto antiinflamatorio y su ayuda para prevenir enfermedades como la obesidad o la diabetes tipo 2.
La linaza es, junto a las nueces y las semillas de chía, la fuente más abundante de estos ácidos, si bien también se suele apuntar al pescado azul y marisco como elementos imprescindibles para conseguir una dieta cardiosaludable.
Las propiedades digestivas de la linaza, como combatir la hinchazón abdominal o aliviar el estreñimiento, no son ningún descubrimiento, pero sí lo es considerar ingerirla como una infusión. Si a esto sumamos su aporte de lignanos, fotoquímicos con efectos antioxidantes que combaten los efectos de los radicales libres, es decir, la falta de colágeno y elastina que provocan los temidos signos del envejecimiento, tenemos una infusión de lo más completa.
Cómo preparar la infusión de semillas de lino
Al ser infusionadas, las cáscaras de las semillas de lino consiguen el efecto digestivo indicado. Para prepararla, la proporción sería dos cucharadas de linaza por cuatro tazas de agua: se incorporan las semillas al agua hirviendo y tras cuatro minutos se aleja del fuego y se deja reposar. A continuación, se cuela el agua y una vez que se enfríe se pueden añadir unas gotas de limón para darle un toque cítrico a la bebida.
Artículo tomado de 20minutos, lea el original aquí.