Con temperaturas bajas resulta toda una proeza seguir con la rutina de ejercicio en el exterior, pero siempre que se haga sin poner en riesgo la integridad física, nuestro sistema inmunitario y nuestro ánimo lo agradecerán.
Pensando en el frío resulta toda una proeza salir al exterior a hacer ejercicio, pero lo cierto es que no hay que pasar por alto los beneficios que obtiene nuestro organismo.
A la hora de salir de casa son imprescindibles ciertas precauciones con respecto al tipo de actividad a realizar y a la equipación. Se aconseja concretar muy bien el ejercicio o entrenamiento a llevar a cabo, para rendir al máximo y también evitar lesiones. Si además del frío nos encontramos hielo, lluvia o viento intenso, nuestras posibilidades se reducen drásticamente en ejercicios aeróbicos como correr o ir en bicicleta.
El frío en sí no es negativo para la actividad física y por tanto no debería coartar nuestra rutina para mantenernos en forma. Según el COFN tampoco afecta per se a una mayor probabilidad de sufrir lesiones una vez que se ha tenido en cuenta el contexto climático en el que nos encontremos.
Al mismo tiempo es conveniente seguir todas aquellas recomendaciones posibles para evitar los resfriados o gripes. Estrategias de prevención que pasan por ejemplo por una dieta equilibrada que refuerce el sistema inmunitario, en mayor riesgo en los meses de invierno debido a los virus respiratorios. Vitaminas, minerales y antioxidantes no pueden faltar en la dieta de la mano de las frutas, las verduras y alimentos como el pescado o los frutos secos.
Una equipación adecuada
Para enfrentarse a las temperaturas invernales es necesario cubrir adecuadamente la cabeza y las manos además de tener en cuenta que la equipación general se base en varias capas de ropa porque puede que nos queramos deshacer de alguna de esas capas en el momento de mayor intensidad del ejercicio. De esas capas, la más próxima a la piel debe ser de algodón o un tejido técnico que permita la transpiración.
El gorro y los guantes son dos elementos que protegen del riesgo de una posible hipotermia, es decir, cuando la temperatura corporal baja de 35 grados centígrados. En cuanto al gorro, hay que tener en cuenta que el cuerpo pierde un 40 por ciento de temperatura principalmente por la cabeza, por lo que debe ir correctamente protegida y, en caso de lluvia, no está de más contar con un impermeable fino. Los guantes para los climas más fríos se recomiendan sin separación para los dedos, en vez de los tradicionales.
Beneficios calóricos y anímicos
Los beneficios de la actividad física son incontestables. Junto a una dieta saludable posibilita que el organismo esté en las mejores condiciones posibles a cualquier edad. No interrumpir la rutina de ejercicio a pesar de las inclemencias meteorológicas (siempre sin poner en riesgo nuestra integridad física) nos proporciona beneficios a tener en cuenta:
- Se queman más calorías: dado el ejercicio metabólico extra que el cuerpo realiza para calentarse.
- Un extra de hidratación: en clima invernal la sudoración no será tan intensa como en climas cálidos. Y al transpirar menos, tenemos menos sensación de sed aunque no por ello debemos beber en menor cantidad a la hora de hacer ejercicio.
- Sistema inmunitario en forma: aunque hagamos pequeñas modificaciones lógicas, en términos de tiempo o intensidad del ejercicio, al no interrumpir el ejercicio rutinario seguimos fortaleciendo nuestro organismo. Con temperaturas invernales aumenta la producción de leucocitos (glóbulos blancos) y granulocitos, encargados de combatir las infecciones bacterianas.
- Mejora el ánimo: en cualquier circunstancia meteorológica, el ejercicio al aire libre reduce el nivel de estrés actuando sobre la producción de endorfinas. Recientemente se ha constatado la importancia del entorno: los beneficios sobre las funciones cognitivas son similares si el ejercicio se realiza en el exterior que si ha sido intenso.
Artículo tomado de 20minutos, lea el original aquí.