La cafeína es conocida por sus propiedades diuréticas, y existen estudios que han encontrado que el consumo frecuente de esta bebida reduce el riesgo de lesión renal.
Millones de personas comienzan su día con una taza de café, y una buena parte de ellas sigue tomándolo a lo largo del día. La bebida estimulante preferida de Occidente es casi ubicua en nuestro entorno, así que cabe preguntarse de qué manera puede afectar a nuestra salud.
Afortunadamente, es cada vez mayor el volumen de evidencia que tenemos acerca de sus propiedades saludables, y parece que las contraindicaciones son pocas.
Una cuestión controvertida es concretamente el efecto que tiene en la salud renal: mientras que algunos estudios han asociado el consumo excesivo de café con un mayor riesgo de padecer ciertos problemas de salud, otros trabajos encuentran el efecto contrario.
Evidencias encontradas
Son muchas las investigaciones que han concluido que el consumo de café es beneficioso para los riñones. Por ejemplo, un estudio publicado en 2022 en la revista científica Kidney International Reports y llevado a cabo por investigadores de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos) concluyó que el consumo diario de café, al margen de la cantidad, reduce hasta en un 15% el riesgo de lesión renal aguda. La disminución, según el artículo, era menor en quienes beben dos o tres tazas de café diarias: estas personas tenían hasta un 22% menos de probabilidades de padecer ese problema.
En esta línea, una revisión de la literatura publicada en Journal of Renal Nutrition en 2020 encontró que el consumo de café se asociaba, de manera dependiente a la dosis, con menor riesgo de enfermedad renal crónica, enfermedad de los riñones en etapa terminal y albuminuria (presencia elevada de albúmina en la orina).
Por el contrario, un trabajo publicado en JAMA Network Open asoció el consumo abundante de café con mayores probabilidades de desarrollar albuminuria, hiperfiltración e hipertensión en personas que metabolizan la cafeína lentamente debido a una característica genética (una variación en el gen CYP1A2) presente aproximadamente en la mitad de la población. Cabe señalar que este fenómeno no se observó en los metabolizadores rápidos.
Del mismo modo, otro estudio recogido por Scientific Reports en 2021 hallaba que el consumo de bebidas con cafeína se relacionaba con un mayor deterioro de la función renal en adultos con sobrepeso u obesidad y síndrome metabólico.
¿Por qué estas contradicciones?
El café contiene varios componentes activos, entre los que se incluye de manera destacada la cafeína. Esto puede explicar en parte algunos de sus muchos efectos, que además pueden impactar de manera diferente a distintas personas, según sus características.
Por ejemplo, la cafeína actúa como un diurético, estimulando la producción de orina y ayudando al cuerpo a equilibrar sus niveles de fluidos y minerales como el sodio. Esto, a su vez, disminuye la acumulación de minerales como sodio o potasio en el tejido de los riñones, que en casos extremos puede causar serios problemas de salud renal.
Contrariamente, la cafeína también tiende a aumentar la tensión arterial, lo que incrementa el riesgo cardiovascular especialmente en personas que ya reúnen otros factores. La hipertensión puede dañar los vasos sanguíneos de los riñones, afectando a su funcionamiento.
Igualmente, no se descarta la posibilidad de que otros compuestos bioactivos puedan impactar en el funcionamiento de los riñones, ya sea para bien, para mal o dependiendo de las personas.
Teniendo todo esto en cuenta, parece que para la mayoría de las personas un consumo moderado de café no resulta perjudicial; sin embargo, conviene atender a las características y condiciones de cada uno (por ejemplo, a la presencia de hipertensión, sobrepeso u obesidad) y consultar con un profesional a la hora de adaptar el uso de café de manera acorde con nuestra salud.
Artículo tomado de 20minutos, lea el original aquí.