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Terapia de frío y calor: cuando usar cada una para el dolor de cuello

Imagen de jcomp en Freepik

El cuello puede sufrir dolencias y lesiones que restringen el movimiento y merman la calidad de vida de la persona afectada.

Las terapias de frío y calor son algunos de los recursos más utilizados para frenar el acrecentamiento del dolor de cuello, este tipo de molestias son bastante frecuentes entre la población.

Aunque en la gran mayoría de los casos este dolor es signo de tortícolis, es decir, una contracción involuntaria de los músculos del cuello, que suele estar provocada por una mala postura, el dolor de cuello también puede significar la existencia de una enfermedad oculta, por lo que es necesario acudir a un profesional de salud en caso de encontrarnos ante cualquier signo de alarma.

¿Qué causa el dolor de cuello?

El uso prolongado de dispositivos móviles, el teletrabajo y el sedentarismo son algunos de los factores que han provocado un incremento del número de personas afectadas por el dolor de cuello.

Este tipo de hábitos pueden derivar en torsiones musculares y sobrecarga, por ello es fundamental prestar atención a nuestra postura corporal y corregirla siempre que sea necesario. 

El paso de los años puede ser otro de los motivos por los que se produce el dolor de cuello, ya que con la edad las articulaciones y músculos se ven más desgastados de manera natural, afectando a la movilidad y provocando dolor. Estas dolencias pueden prevenirse, o al menos reducirse, introduciendo en nuestra rutina buenos hábitos posturales y practicando ejercicio moderado de forma frecuente.

El dolor de cuello también puede estar causado por el pinzamiento de los nervios o lesiones, frecuentemente aparecidas en accidentes de tráfico. Por otro lado, existen algunas enfermedades que entre sus síntomas se incluye el dolor de cuello, como ciertos tipos de cáncer, la meningitis o la artritis reumatoide.

Terapia de calor para el dolor de cuello

La diferencia que determine si aplicar frio o calor en el cuello dependerá del estado del mismo. La terapia de calor, también conocida como termoterapia, sirve para calentar la musculatura antes de realizar ejercicio y actúa como elemento previsor de futuras lesiones. Este tipo de práctica no debe aplicarse al momento de haber sufrido una lesión, ya que puede ser perjudicial e incluso incrementar el dolor. Conviene esperar un poco de tiempo, una vez no exista un hinchazón evidente. El calor libera tensión y ayuda a calmar la rigidez corporal, es muy beneficioso para lesiones crónicas.

Con respecto a las terapias de frío o calor, una no supera en efectividad a la otra. Simplemente deben ser usadas para situaciones distintas. A veces incluso, es necesario combinar y alternar estas dos terapias entre sí para obtener resultados satisfactorios.

Terapia de frío para el cuello

La crioterapia o terapia de frío siempre debe ser usada en lesiones recientes y agudas. La aplicación directa de hielo en el músculo ayuda a reducir significativamente el hinchazón, ya que calma los tejidos inflamados y contrae los vasos sanguíneos sin necesidad de recurrir a fármacos. Por el contrario, ante una dolencia crónica, la aplicación de frío puede ser interpretada por el cerebro como una amenaza, provocando el aumento de dolor.

Artículo tomado de 20minutos, lea el original aquí.

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Categorizado como Salud

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