Materiales reciclados y un diseño que evoca la esencia mexicana destacan en la, recién abierta tienda de la casa francesa en el Caribe mexicano.
Una paleta de colores que deambula por los tonos azul profundo, rosa, naranja y matices en blanco y arena suave evocan con plenitud a la Riviera Maya. La escena cautiva así la mirada en el interior de la nueva boutique de Tiffany.
El más reciente destino de compras de lujo está ubicado en La Isla, Cancún y cada detalle en su diseño alienta el compromiso con la sostenibilidad, desde la fachada, hasta los distintos rincones en donde se exhiben las colecciones más icónicas de la casa francesa.
El interior es resultado de una colaboración con el despecho de diseño mexicano Balmaceda Studio, para crear un concepto inspirado en el formidable trabajo de Jean Schlumberger, mismo que celebra la flora y la fauna del planeta. Asimismo, la Maison se asoció con diferentes diseñadores y artesanos locales con la intención determinada de representar la esencia de México.
Ejemplo de esto es que los detalles de la tienda exhiben Chukum, una técnica de acabado natural derivada de los antiguos mayas. Se forja así una atmósfera en donde artesanía, arte y patrimonio convergen en un solo lugar al recrear un entorno que, no por ello, se aleja de glamour que caracteriza a la firma de alta joyería.
Basta voltear la mirada hacia arriba para constatarlo y descubrir las formas orgánicas del techo forrado a mano con hojas de oro de 12 quilates, mientras las vitrinas están inspiradas en diamantes que definen la estética moderna de Tiffany & Co.
Los exteriores del destellante oasis no son menos impactantes. Su fachada impresa en 3D fue hecha con un nuevo material elaborado con redes de pesca y desechos plásticos recuperados del océano. Se conforma con ello un patrón de coral, el cual atrae la mirada de las personas que pasan por el exterior de esta nueva boutique.
Artículo tomado de Forbes, lea el original aquí.