En muchos países, asociamos esta planta a la gastronomía y la ornamentación, aunque lo cierto es que esconde beneficios para algunas de las patologías más prevalentes en la actualidad.
Históricamente el uso del romero ha ido más allá de lo culinario o lo ornamental, dos vertientes mayoritarias en nuestros días. Las crónicas hablan de la presencia de la planta en rituales funerarios y también aparece asociada a creencias místicas. En la actualidad, el romero ha dejado de ser una planta aromática más para ser estudiada por sus beneficios para la salud humana ante algunas de las patologías actualmente más prevalentes.
Perteneciente a la familia Lamiaceae, su nombre científico ha cambiado recientemente (2017) de Rosmarinus officinalis a Salvia rosmarinus. Se trata de un arbusto aromático y leñoso propio de la zona mediterránea, siendo España (en concreto en la zona delas Islas Canarias) uno de los países donde más se cultiva junto a Portugal o Bulgaria.
Como ocurre con otras plantas aromáticas tradicionalmente asociadas al uso culinario y que además crecen en suelos secos, soleados y sin suponer por tanto un tipo de cultivo especialmente sofisticado, el romero no había captado especialmente el interés de la comunidad científica. Y esto ha sucedido pese a contar con documentación que avala su uso medicinal y terapéutico desde el Antiguo Egipto, sin ir más lejos.
Sin embargo esto ha cambiado en los últimos años y son varios los artículos científicos que han descubierto las potencialidades de esta planta con respecto a algunas de las patologías más prevalentes en la actualidad en las sociedades occidentales.
Mejora la memoria y la concentración
En principio las alteraciones de índole neurológica pueden parecer muy alejadas de las propiedades que puedan atribuírsele al romero, sin embargo una investigación reciente en estudiantes demuestra lo contrario. Un grupo de participantes recibió 500 miligramos de romero dos veces al día durante un mes y las mejoras se constataron científicamente.
El equipo que lo llevó a cabo quería medir el rendimiento de la memoria prospectiva y retrospectiva. El resultado fue que dichas alteraciones disminuyeron significativamente en el caso del grupo que había consumido romero en comparación con el grupo que había tomado placebo.
Combate el estrés y la ansiedad
En ese mismo estudio se estudiaron otras variables: la depresión, la ansiedad y la calidad del sueño. Se trata de trastornos que pueden ser puntuales pero también derivar a crónicos y que no fueron seleccionados al azar por parte del equipo investigador: cualquiera de los tres son identificables para la comunidad universitaria como resultado de la presión que pueden sufrir durante su trayectoria académica.
Controla la hipertensión
El romero contiene compuestos que mejoran la circulación sanguínea y reducen la presión arterial, pero estos son solo dos de las propiedades que se han estudiado a lo largo de los años con respecto al sistema cardiovascular. Se ha analizado la amplia gama de metabolitos secundarios ligados a diversas actividades biológicas que presenta esta planta y que reside en buena parte en su aceite esencial y extractos, cuya composición química varía dependiendo de las condiciones ecológicas en las que se desarrollan.
Artículo tomado de 20minutos, lea el original aquí.