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Adiós al índice de masa corporal: la grasa abdominal es un mejor indicador del riesgo para la salud

Tener en cuenta la circunferencia del abdomen permite estimar la distribución de la grasa en el cuerpo, lo que podría ser más relevante de cara al riesgo para la salud de las personas. 

Hasta un 50% de los adultos padece sobrepeso u obesidad, según estimaciones.

Este tipo de mediciones normalmente se realizan en base a un parámetro conocido como índice de masa corporal o IMC, que tiene en cuenta fundamentalmente el peso corporal y la altura de una persona. Sin embargo, este valor ignora otras cuestiones muy relevantes, como la composición corporal (cantidad de grasa, masa muscular…). Por ello, entre los científicos han surgido propuestas alternativas que podrían ayudar a hacernos una idea mejor del verdadero estado de salud de las personas.

La circunferencia abdominal frente al peso

Por ejemplo, un nuevo estudio publicado en el medio especializado Journal of the American Heart Association ha documentado recientemente la correspondencia entre otro índice, el índice de redondez corporal (IRC), y el pronóstico cardiovascular de las personas, encontrando que efectivamente puede predecir con precisión el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.

El IRC, en este caso, pone en relación la altura de una persona con la circunferencia de su cintura, con lo que ayuda a reflejar más fielmente la proporción de grasa (y específicamente grasa abdominal) en el cuerpo de las personas.

Para testar la utilidad de este parámetro (y sus cambios en el tiempo) en relación al diagnóstico del riesgo cardiovascular de las personas, los autores del trabajo recabaron datos de una cohorte de 9.935 personas, recogidos en el Estudio de Salud y Jubilación de China. Con el objetivo de lograr resultados más exactos, excluyeron a personas que ya tuvieran enfermedades cardiovasculares al comienzo del seguimiento o que no tuvieran suficientes datos como para estimar su índice de redondez corporal. La edad media de estas personas era de 59 años de edad.

Para diagnosticar las patologías cardiovasculares, se contó con datos de muestras de sangre y tensión sanguínea, junto con datos del historial relativos a la incidencia de eventos cardíacos e ictus. También se tuvieron en cuenta factores como los antecedentes médicos previos o la historia de farmacología. 

Un mejor sistema para estimar el riesgo de las personas

Con este método, hallaron que aquellos que tenían un índice de redondez abdominal moderado o alto de manera consistente tenían de hecho un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Los incrementos llegaban a ser tan elevados como un 61%, en las personas con índice de redondez abdominal moderado estable, y de un 163% en aquellas con índice de redondez abdominal elevado estable.

Respecto a los episodios cardíacos o ictus (las enfermedades cardiovasculares más graves), los pacientes con un índice de redondez abdominal moderado estable tenían un riesgo un 29% mayor de ictus y un 14% de eventos cardíacos. Por su parte, las personas con un IRC alto estable tenían un 46% más de riesgo de ictus y un 35% más de probabilidades de evento cardíaco.

En conjunto, todos estos resultados mostraban que tener en cuenta el índice de redondez abdominal mejoraba en la reclasificación del riesgo cardiovascular de las personas respecto al protocolo actualmente en uso. Por ello, aporta evidencia robusta de la utilidad de tener en cuenta la grasa abdominal de las personas, más que su peso como tal, a la hora de decidir posibles intervenciones preventivas de salud.

Artículo tomado de 20minutos, lea el original aquí.

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Categorizado como Salud

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