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5 estrategias probadas para superar la duda de ti mismo y vencer el síndrome del impostor

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El síndrome del impostor hace que incluso los emprendedores más exitosos duden de sí mismo, cuestionen sus habilidades y teman ser «descubiertos». Pero superarlo comienza con estas estrategias prácticas que todo emprendedor puede usar para enfrentar la duda y mantenerse enfocado en el crecimiento.

  • Los emprendedores pueden superar el síndrome del impostor reconociéndolo, cambiando su mentalidad, siguiendo sus metas, dejando de lado el perfeccionismo y pidiendo ayuda.
  • Centrarse en el valor, buscar apoyo y aprender del fracaso son pasos esenciales para construir confianza y combatir los sentimientos de fraude.
  • Adoptar un enfoque equilibrado de salud y celebrar pequeñas victorias ayuda a mantener la resiliencia frente al persistente desafío del síndrome del impostor.

El síndrome del impostor es esa sensación de nunca ser lo suficientemente bueno, incluso cuando tienes pruebas de que has tenido éxito. Te hace dudar de ti mismo, atribuir el éxito a la suerte y temer ser «descubierto» como un impostor. Independientemente del nivel en el que se encuentre un emprendedor, estos pensamientos e inseguridades son comunes.

Cuando las personas inician un negocio, muchas veces se sienten como impostores, un fraude. Aunque reciban buenos comentarios de los clientes y logren importantes hitos en el camino, en su mente persiste la duda sobre sus capacidades. Pero es importante controlar esta duda. Puedes superar esta molestia constante siguiendo los métodos que sugiero a mis clientes para lidiar con el síndrome del impostor.

Reconocer el problema y cambiar tu mentalidad

Al reconocer el problema desde el principio, puedes sacarlo de tu mente y adoptar un enfoque racional. A veces el síndrome del impostor viene de tener un fuerte sentido de orgullo por tu trabajo y esforzarte por la excelencia. Muchos de mis clientes lograron claridad cuando aceptaron esto. Los emprendedores deben tener en cuenta que la duda sobre uno mismo es una parte natural del proceso y no refleja su valor ni competencia. Puedes empezar a lidiar con ello de manera positiva simplemente admitiendo su existencia.

Otra forma sencilla de combatir el síndrome del impostor es cambiar tu perspectiva. Esto implica luchar contra los pensamientos negativos sobre ti mismo. En lugar de seguir con pensamientos como, «No soy lo suficientemente bueno» o «No pertenezco aquí», comienza a desafiar tu verdad. Te preguntarías, «¿Cuál es la evidencia de esto?». Esta es la clave que te permitirá remodelar tu perspectiva y reemplazar los pensamientos negativos por frases como, «Todos estamos aprendiendo y creciendo».

Rastrea tus logros y deja de compararte

Rastrear tus logros también puede ser una de las herramientas más poderosas. Muchas veces las palabras de un emprendedor quedan atrapadas en la búsqueda del siguiente objetivo. Muchas veces se olvidan de celebrar lo que ya han logrado. A uno de mis clientes realmente le ayudó llevar un «diario de éxitos» y reflexionar sobre su progreso, desde completar proyectos difíciles hasta recibir comentarios positivos de los clientes. Revisaba sus apuntes en momentos complicados, recordándole su progreso y fortaleciendo su confianza.

Al mismo tiempo, aprendió a dejar de compararse con los demás. Se dio cuenta de esto el otro día, y fue tan revelador; las redes sociales realmente eran una puerta de entrada a su duda sobre sí mismo, porque comparaba los logros de los demás en el escenario con sus luchas entre bastidores. Llegó a entender que cada emprendedor tiene su propio camino, y compararse con el de otra persona era tanto un error como una completa pérdida de tiempo. Encontró su paz cuando comenzó a trabajar en sí mismo en lugar de compararse con la representación irreal y dio un paso atrás para enfocarse en su propio proceso.

Enfócate en el valor y busca apoyo

Otro método para lidiar con el síndrome del impostor es cambiar la perspectiva de tus pensamientos, de temores internos a impacto externo. Recordar la manera como tu arte ha mejorado la vida de otras personas reaviva ese propósito interno, superando la voz de la duda y la negatividad en tu cabeza. Darte cuenta del impacto tangible de tus esfuerzos en los demás, te ayuda a concentrarte en perfeccionar tus servicios en lugar de sentirte inseguro.

Pedir apoyo es otro cambio radical. Cuando una de mis clientas habló conmigo como su coach sobre sus desafíos, se dio cuenta de que no estaba sola. Le proporcioné varios ejemplos similares al suyo, lo cual fue un alivio, pues parte de ella se sintió validada al saber que otros también tenían los mismos sentimientos de insuficiencia. Luego pensó que si hasta los propietarios de negocios exitosos enfrentaban la duda de sí mismos, entonces seguramente sería más fácil —de alguna extraña manera— lidiar con ello.

Aprende del fracaso y suelta el perfeccionismo

Así son los emprendedores. Los emprendedores no se rinden fácilmente, pero nunca regresan a ser personas que abandonan. Durante el lanzamiento de un producto, James, uno de mis clientes, tuvo un contratiempo significativo cuando comenzó su propio negocio. Tomó la decisión de hacer algo al respecto porque no quería volver a sentirse así. Reconoció que no incluir el marketing y los precios en sus planes causó la pérdida. Usar esos conceptos para perfeccionarlos la próxima vez parecía sensato. En cada intento posterior, el relanzamiento del producto fue exitoso y eliminó el deseo de rendirse. El fracaso es un lugar en la parte baja de una escalera; no puede ser el destino.

Se dio cuenta de su perfeccionismo constante, el cual atribuía en parte a la condición de impostor. Personas como él nunca están a la altura de la perfección, pues siempre hay espacio para mejorar. Sin embargo, tuvo muchas oportunidades para darse cuenta de que la perfección es realmente un medio para un fin, y a veces incluso eso es innecesario. Comenzó a aceptar el camino que estaba recorriendo, que era «el equilibrio entre la finalización y la perfección». Al final, sus esfuerzos produjeron resultados mucho mejores porque pudo cambiar su enfoque de los logros a los objetivos de manera realista.

Abraza el equilibrio y celebra el progreso

Cuidar tu salud física y mental resulta esencial para lidiar con el síndrome del impostor. Cuando descuidas el autocuidado, tus niveles de estrés y duda crecen. Al hacer del ejercicio regular, las comidas balanceadas y el suficiente descanso una parte de tu rutina diaria, puedes empezar a sentirte más estable y resiliente. Las actividades adecuadas pueden ofrecerte resiliencia emocional y ayudarte a recargar energía.

Otro factor importante para aumentar tu confianza es celebrar los pequeños logros. Las personas suelen restar importancia a los logros pequeños porque no piensan que son lo suficientemente importantes como para celebrarlos. Pero debes darte cuenta de que estas pequeñas victorias —como terminar un proyecto difícil, adquirir un nuevo cliente o alcanzar un objetivo personal— son esenciales para tu carrera en general. Reconocer y elogiar estos logros puede hacerte sentir más realizado e inspirarte a seguir adelante.

Conclusión

Con autoconciencia y esfuerzo persistente, puedes gestionar el síndrome del impostor, aunque puede que no desaparezca por completo. Es crucial recordar que ser emprendedor se trata de presentarse, tomar riesgos y aprender cosas nuevas todo el tiempo, no de ser perfecto ni de tener todas las respuestas. Siempre que comiences a dudar de ti mismo, debes decirte: «Estoy aprendiendo, ajustándome y dando lo mejor de mí cada día». Este tipo de pensamiento puede mantenerte enfocado en tu camino futuro y permitirte priorizar el progreso sobre la perfección.

Artículo tomado de Entrepreneur, lea el original aquí.

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