Cuando existe confianza entre un líder y su equipo aumenta el compromiso y la iniciativa por desarrollar nuevas ideas.
Después de la pandemia, la forma de gestionar equipos cambió radicalmente ya que ahora es posible liderar con integrantes conectados vía remota, desde varias partes del mundo, pero para que la coordinación sea efectiva, se requiere de confianza, compromiso y autonomía.
Es por ello que desarrollar equipos autónomos genera efectos positivos, tanto en la autoconfianza de los colaboradores, como en los niveles de productividad, aunado a que entre los principales motivos por las que se elige permanecer en un empleo, 47% considera que se debe a que tienen buenos líderes, de acuerdo con el estudio Tendencias del entorno laboral en México 2024, publicado por la consultora Kelly.
Asimismo, los beneficios de un equipo autónomo son: tener la capacidad para tomar decisiones con base en la experiencia y cumplir objetivos con seguridad.
La autonomía es algo que el equipo logra con toda la intención y conciencia de realizar un desarrollo desde cada uno de sus miembros que integra el equipo, desde las capacidades que tiene cada persona y también el compromiso con su trabajo”, comenta Consuelo Zermeño, consultora en cultura organizacional en CZ más de Liderazgo de corazón.
¿Individualismo o autonomía?
A pesar de que la autonomía se relaciona con la independencia, no se debe confundir con trabajar individualmente, ya que la diferencia entre una y otra es que este último prioriza el bienestar propio, sin importar las consecuencias que pueda tener con terceros.
Es decir, el líder debe distinguir y tener cuidado con la creación de silos organizaciones, el cual es cuando un equipo se aparta de los demás y prefiere no colaborar con otras áreas.
Por ende, cuando se presenta ausentismo por parte del líder o un colaborador, el 14% considera que esto provoca mayor carga de trabajo para los demás, aumento del estrés y la ansiedad, de acuerdo con el Termómetro Laboral, realizado por OCCMundial.
“El equipo pierde fuerza cuando cada quien está en su individualidad trabajando y a diferencia de un equipo autónomo, es que ven cuáles son las decisiones que pueden tomar y hay confianza entre cada uno de los miembros”, comenta Consuelo Zermeño.
De manera que, si un líder fomenta erróneamente la autonomía o es individualista, puede causar insatisfacción laboral, de hecho el 52% de los trabajadores no se siente a gusto con su trabajo, y los factores que lo atribuyen son los ambientes laborales tóxicos, así como la falta de motivación, según OCCMundial.
A causa de esto, un equipo autónomo reconoce sus capacidades y cómo resolver problemas sin depender de los demás, pero también está abierto a colaborar con otras áreas por un beneficio en conjunto.
¿Cómo impulsar el desarrollo?
Para aplicar la autonomía dentro de la organización, se aconseja analizar el tipo de liderazgo dentro de la empresa y conocer el nivel de confianza entre los líderes y sus equipos.
En ocasiones, la culpa se le atribuye al líder, pero lo cierto es que también influye la cultura de la empresa y cómo lleva a cabo la gestión interna.
Por lo que si el estilo es el inadecuado, se corre el riesgo de ausentismo laboral, de hecho, el 40% considera que la disminución de la productividad es una de las consecuencias de este fenómeno, según OCCMundial.
Entonces, para potenciar la autonomía, se tienen que construir ambientes y vínculos laborales de confianza, promover la motivación interna, reconocer y resaltar las habilidades de cada colaborador, así como imponer retos que estén a su alcance.
Puntos clave para crear equipos autónomos
Consuelo Zermeño explica que el papel del líder es gestionar el desarrollo profesional de los colaboradores, pero esto no quiere decir que se deba controlar cada movimiento, ya que, entre mayor control, el compromiso disminuye y limita la autonomía.
En este sentido, para comenzar a impulsar la autonomía de los colaboradores, los líderes tienen que considerar dos aspectos, el primero es ser conscientes de las capacidades y habilidades de cada integrante y el segundo es la confianza al delegar tareas.
Cabe mencionar que la flexibilidad juega un papel importante en la autonomía, debido a que el 58% de los mexicanos valoran la posibilidad de trabajar en casa, así como horarios accesibles, de acuerdo con Kelly.
“Cuando hablamos de un equipo con autonomía nos referimos a un grupo de profesionales interactuando entre sí”.
Artículo tomado de El Economista, lea el original aquí.