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Estafa del ‘brushing’ engaña a miles con reseñas falsas y productos basura

Plataformas de comercio digital enfrentan un nuevo tipo de fraude que afecta a miles de usuarios en todo el mundo.

En un mundo donde el comercio electrónico se ha vuelto parte de la rutina diaria, recibir un paquete no solicitado podría parecer una simple confusión o incluso un detalle inesperado.

Sin embargo, detrás de estas entregas aparentemente inocentes se puede esconder una modalidad de fraude digital conocida como brushing o «estafa de cepillado».

Aunque este tipo de estafa no impacta directamente en el bolsillo de quien recibe el paquete, sí lo hace parte de una maquinaria fraudulenta.

De acuerdo con el gobierno de Estados Unidos, los estafadores utilizan direcciones reales para simular ventas en plataformas como Amazon y eBay, lo que les permite publicar reseñas falsas como si hubieran sido compradores verificados.

¿Cómo funciona el brushing?

La mecánica es la siguiente: los delincuentes crean cuentas falsas y simulan una compra con dirección real que obtienen a través de bases de datos filtradas o rastros digitales.

Después, en lugar del producto anunciado, envían artículos baratos como gafas, rastrillos o cables de baja calidad. Así, con el número de rastreo generado por el envío, publican una reseña fraudulenta con el sello de «comprador verificado», lo cual aumenta la credibilidad de su oferta.

Aunque recibir uno de estos paquetes no significa que se haya hackeado tu cuenta ni que debas pagar por el artículo, es recomendable revisar tu historial de compras y reforzar la seguridad de tus cuentas digitales.

En la mayoría de los casos, el receptor no podrá saber quién lo envió, pues suelen llegar sin remitente visible.

El verdadero problema ocurre después. Las reseñas falsas elevan artificialmente la reputación de un producto, lo que incrementa hasta en 270% la probabilidad de que otros usuarios lo compren, según un informe del Centro de Investigación Spiegel de la Universidad de Northwestern.

Es ahí donde se concreta el fraude: los clientes legítimos adquieren productos creyendo que son de calidad, pero terminan recibiendo artículos defectuosos o, en el peor de los casos, nunca reciben lo que compraron.

Amazon sanciona a los vendedores que incurren en estas prácticas, incluyendo la suspensión de cuentas y la colaboración con autoridades para investigar los casos.

Artículo tomado de Entrepreneur, lea el original aquí.

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