Los actores ven la IA como una amenaza, no solo porque puede ser alimentada con sus voces, sino también debido a los vacíos legales que les impiden obtener ingresos por el uso de su talento.
El doblaje en cualquier idioma es crucial para el éxito de un contenido de alcance universal. Cuando se realiza con maestría, pasa inadvertido, permitiendo que las voces se conviertan en la identidad de los personajes. Ejemplos icónicos como «¡Estúpido y sensual Flanders!» o «Vaya, no encuentro fallas en su lógica» nos vienen a la mente con las voces en español de los actores que dieron vida a Homero Simpson o a Malcolm, el de en medio.
Pero este proceso no es tarea fácil. «Debes sincronizar tus labios con lo que ves en la pantalla para que lo que dices empiece y termine al mismo tiempo. Y esto se complica al traducir los diálogos, ya que debes hacer que encajen con el movimiento original de los labios, lo cual a veces resulta difícil debido a las diferencias de longitud entre el inglés y el español», explica Humberto Vélez, actor de doblaje que ha prestado su voz a Homero Simpson en toda Latinoamérica.
El mercado global de doblaje cinematográfico alcanzó un valor de 3,519 millones de dólares en 2022 y se espera un crecimiento anual de más del 7% hasta 2028, según la consultora Industry Research. México ha logrado destacarse como líder en este sector, controlando el 60% del mercado de doblaje en español a nivel mundial, según el Consejo de Empresas Mexicanas de la Industria del Doblaje (CEMID).
Este logro se debe en parte a que los actores de doblaje, como Vélez, cuentan con una sólida formación teatral que les permite desplegar habilidades como la receptividad emocional, la expresividad corporal y la espontaneidad frente al micrófono.
Vélez consiguió el papel de Homero Simpson gracias a su habilidad para improvisar voces. Después de varios días de búsqueda sin éxito para encontrar al actor adecuado, el gerente de la extinta Audiomaster 3000, antes propiedad de Grupo Televisa, lo presentó como una opción para «entretener» a Matt Groening,el creador de la serie.
«Me describió en inglés las características del personaje: gordo, calvo, cuarentón, de ojos saltones y amante de la cerveza. Lo visualicé y comencé a grabar. Groening inmediatamente exclamó: ‘Es exactamente lo que quiero’. En una cabina de improvisación, di vida a Homero Simpson», recuerda el actor.
A pesar de la alta demanda del doblaje mexicano por parte de los grandes estudios internacionales, la vida en la industria no es fácil. La constante avalancha de lanzamientos en las plataformas de streaming y los canales tradicionales ha generado una sobrecarga de trabajo que afecta los procesos de grabación.
Los actores se encuentran inmersos en una vorágine de proyectos que exigen entregas en plazos cada vez más ajustados, especialmente para las series. Según información de la CEMID, en México se produce el 70% del material audiovisual en español consumido a nivel mundial en diversas ventanas como el cine, la televisión y las plataformas de video bajo demanda.
Mario Castañeda, el actor que presta su voz al popular Goku del anime Dragon Ball, revela que actualmente el talento de doblaje graba episodios de series a un ritmo vertiginoso. «Prácticamente grabamos con una semana de anticipación al estreno». Este ritmo ha puesto en riesgo la calidad que solía caracterizar a la industria. Vélez lamenta que, a pesar de sus advertencias sobre los peligros de apresurar el proceso o cambiar la metodología, los empresarios solo se preocupen por alcanzar números.
Para Castañeda, el proceso de doblaje es como una caja con dos botones: calidad y tiempo. «Si presionas el de tiempo para sacar el proyecto rápidamente, afectarás la calidad. Pero si priorizas la calidad, impactarás en el tiempo. México solía producir un doblaje de calidad comparable al pan francés, pero ahora solo producimos bolillos, aunque todavía sean buenos».
En medio de todos estos cambios, el aspecto monetario se mantiene estático. Los actores aseguran que las tarifas no han experimentado un aumento en 15 años, lo que significa que necesitan interpretar el mayor número posible de personajes para poder completar su salario. A esto se suma el avance tecnológico, que inicialmente agilizó las grabaciones y ahora amenaza los trabajos de los actores de doblaje.
«Escucho mi voz cantando ‘La gata bajo la lluvia’ en varios videos que circulan en redes sociales. Es gracioso, pero lo están haciendo sin mi autorización», comenta Vélez.
Voces ‘robadas’
Los actores reconocen la inevitabilidad del avance tecnológico y ven la inteligencia artificial como una amenaza, no solo porque puede ser alimentada con sus voces, sino también debido a los vacíos legales que les impiden obtener ingresos por el uso de su talento. Las plataformas de streaming ya utilizan la inteligencia artificial y el debate en Hollywood se intensifica.
Raúl Berdonés, fundador y presidente ejecutivo de Secuoya Content Group, una productora independiente con accionariado español, explicaba a Expansión en noviembre que algunas plataformas de video bajo demanda comenzaban a destinar importantes inversiones al doblaje a partir de la inteligencia artificial. «Vemos a los actores moviendo la boca y no te das cuenta de que el propio actor ha sido doblado por IA a varios idiomas».
Castañeda señala que regular esta nueva tecnología podría proteger a los actores, obligando a pagarles cada vez que se utilice. Esta es la vía que está trabajando el SAG-AFTRA, el sindicato de actores más grande del mundo, que anunció en enero un acuerdo con Replicate, una empresa de tecnología de voz e inteligencia artificial que trabaja con estudios de videojuegos y otras empresas, para que puedan acceder al talento de SAG-AFTRA y este reciba un pago por ello.
El acuerdo, que ha sido criticado por los dobladores de videojuegos, «garantiza el consentimiento y la negociación del artista para los usos de su doble de voz digital».
En cuanto al futuro, Vélez no está seguro si ser pesimista o entusiasta acerca de la inteligencia artificial, pero destaca que la creatividad y la conexión única que los actores tienen con el público son sus mayores fortalezas. «Si el día de mañana ya no necesitan nuestras voces, no significa nuestro reemplazo del todo. Lograr que frases se vuelvan de dominio público o que te lean con tu voz cuando ven una imagen es una característica que la IA por ahora no tiene».
Artículo tomado de Expansión, lea el original aquí.