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Por qué el síndrome del intestino irritable es cada vez más prevalente entre los jóvenes

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El dolor y la distensión abdominal, así como meteorismo y trastornos de la defecación, son síntomas cada vez más prevalentes en la población joven, entre la que se diagnostican muchos trastornos funcionales digestivos. El estrés social y una alimentación deficiente tienen mucho que ver.

Uno de esos trastornos funcionales más importantes es el Síndrome del Intestino Irritable, una patología muy prevalente tanto para el pediatra de Atención Primaria como para el digestivo infantil. Se trata de una patología intestinal crónica que provoca diarrea y/o estreñimiento, distensión abdominal y  alteraciones del ritmo deposicional.

Para saber por qué se trata de una patología que afecta cada vez más a la gente joven, 20minutos ha entrevistado a la doctora Ana Ortiz, gerente del Área de Salud de Farmasierra.

¿Qué es el Síndrome del Intestino Irritable?

El Síndrome del Intestino Irritable (SII), popularmente conocido como ‘colon irritable‘ es un trastorno funcional digestivo crónico y benigno que se caracteriza por la presencia de dolor abdominal asociado a hinchazón abdominal, flatulencia y alteraciones del ritmo deposicional, ya sea en forma de diarrea, estreñimiento o de ambas, no asociados a ninguna causa orgánica o bioquímica.

Como explica la doctora consultada por este diario, «es una patología intestinal crónica y frecuente con una alta prevalencia, ya que afecta a más del 15 por ciento de la población, limitando en gran medida la calidad de vida de quien lo sufre y con alto impacto económico en los sistemas de salud».

Síntomas del Síndrome del Intestino Irritable

El síndrome del que hablamos (SII) se manifiesta clínicamente por la combinación variable de diferentes síntomas digestivos crónicos o recidivantes como son hinchazón, dolor o molestia abdominal recurrente al menos un día a la semana en los últimos 3 meses.

Especialmente destacable es la alteración del hábito deposicional que provoca, y que afecta tanto a la frecuencia como a la consistencia de las deposiciones. Éstas pueden manifestarse en forma de diarrea, estreñimiento o incluso ambas a la vez, siempre en ausencia de enfermedad estructural gastrointestinal, infección o alteración bioquímica.

Se trata de un problema que afecta a todo el intestino, no sólo al colon. Suele manifestarse con recaídas más o menos frecuentes, sin que exista una patología de base que lo explique. A pesar de ser un trastorno benigno, tiene un gran impacto en la calidad de vida de las personas que lo padecen.

¿Por qué sucede?

En la actualidad se considera el SII como un trastorno digestivo funcional resultante de un desequilibrio en el eje microbiota-intestino-cerebro. Este problema afecta negativamente a la función de la barrera intestinal y activa el sistema inmunitario y nervioso del aparato digestivo, hecho que genera una hipersensibilidad visceral y una alteración motora.

Las evidencias científicas aportadas en los últimos años sugieren que en su desarrollo están implicados múltiples factores fisiopatológicos de diversa índole. Alteraciones de la microbiota intestinal; alteraciones en la motilidad intestinal; hipersensibilidad visceral; infecciones gastrointestinales; factores psicosociales como el estrés, la ansiedad y la depresión; factores genéticos y dietéticos.

¿Por qué este síndrome afecta a los jóvenes?

El Síndrome del Intestino Irritable es uno de los trastornos gastrointestinales funcionales más frecuentes. La prevalencia global se estima en el 11por ciento. Se trata de enfermedades muy comunes durante toda la etapa pediátrica, radicando su importancia en el impacto que generan tanto en la calidad de vida del niño como de su entorno. 

Como explica la doctora Ana Ortiz, «en España la prevalencia actual de esta patología se estima en el 10 por ciento de la población y en nuestra sociedad tiene predominio del sexo femenino con una relación mujer/hombre 2:1, sobre todo en mujer joven».

El SII, que afecta entre el 10 y el 15 por ciento de la población en general, «es cada vez más común en jóvenes e incluso en niños. Una de las razones de este aumento de prevalencia se debe, sobre todo, al mayor conocimiento de esta patología por parte de los pediatras».

«Hace años, ante los síntomas, se buscaba una causa orgánica que los produjera, se hacían numerosas pruebas y análisis que no daban ninguna aproximación al problema. Hoy día, sin embargo, se sabe que los dolores abdominales crónicos en la infancia no se deben a causas orgánicas, pero están relacionados con una alteración del funcionamiento del eje microbiota-intestino-cerebro e incluso pueden estar relacionadas con el propio estado de ánimo del pequeño«.

«Los niños pequeños y los adolescentes con Síndrome del Intestino Irritable suelen ser más sensibles al dolor abdominal, las molestias digestivas y la sensación de saciedad que los demás adolescentes. En muchas ocasiones no se llega a saber qué es lo que desencadena los síntomas».

¿Se puede prevenir el Síndrome del Intestino Irritable?

No se conoce la causa exacta del SII y por ello no podemos definir unas medidas preventivas claras. Sin embargo, si sabemos de diversos factores que pueden influir en su desarrollo, que son diferentes de una persona a otra.

Hay dos factores que pueden hacer que los síntomas del SII empeoren: el estrés emocional y los alimentos. Una dieta y un estilo de vida saludable, ordenado y equilibrado ha demostrado, a corto plazo, que ayudan a reducir los síntomas gastrointestinales en pacientes con SII.

Llevar una dieta saludable, evitando aquellos alimentos que son mal absorbidos en el intestino delgado; y reducir los platos de gran aporte calórico, que hacen que el aparato digestivo se resienta son dos buenas ideas. «Es recomendable realizar una mayor cantidad de estímulos, quizás cinco comidas al día, pero de platos más livianos y comer a un ritmo relajado en horarios regulares».

La importancia de la alimentación en el SII

La alimentación es un punto fundamental a la hora de lidiar con un trastorno digestivo que no tiene un tratamiento único, idóneo ni curativo. La mayoría de los pacientes con SII tienen una lista de enemigos comunes que hay que intentar evitar, conformada por las especias, la cafeína, los picantes, las grasas, los formadores de gases (como las legumbres o el brócoli) y las comidas muy condimentadas.

Por otro lado, es importante hidratarse diariamente, al menos dos litros de agua por día, consumir frutas y verduras de manera moderada y no excluir alimentos sin conocimiento, ya que podría poner en peligro la ingesta adecuada de nutrientes.

«Algunos pacientes suelen realizar dietas de exclusión, eliminando alimentos como la lactosa, el gluten, entre otros. Dichos alimentos deben excluirse únicamente si existe un diagnóstico como tal por parte del gastroenterólogo o si se identifica evidentemente una sensibilidad o intolerancia ante ellos. No existen alimentos prohibidos o malos; de hecho, el plan alimenticio debe aspirar a ser lo más variado posible».

Desafortunadamente, en algunos casos, un plan alimenticio saludable no siempre es suficiente para contrarrestar los síntomas del trastorno. Pero una buena alimentación puede ser complementada a su vez por un suplemento probiótico específico que colabore en el equilibrio de la microbiota intestinal y en el manejo tratamiento de dichos síntomas, reduciendo la flatulencia y normalizando los niveles de citoquinas.

Artículo tomado de 20minutos, lea el original aquí.

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Categorizado como Salud

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