Con el surgimiento de avanzadas tecnologías e inteligencia artificial, ¿estamos perdiendo todo sentido de lo que son el empresario y el emprendedor independiente?
No hay duda de que estamos llegando al final de una era icónica que ha visto el enorme crecimiento exponencial del emprendimiento.
El auge de las .com del milenio y el éxito de programas de televisión como Shark Tank, The Apprentice y Dragons’ Den (en los cuales he participado), han alimentado a un ejército de personas hambrientas y aspirantes que se han sumergido en el mundo riesgoso, oportunista, emocionante, estresante, pero independiente, del emprendedor.
Con más de 500 millones de emprendedores y 150 millones de startups en todo el mundo, nos encontramos en un momento en el que hemos sido testigos del ascenso y la evolución sin precedentes de los negocios independientes y el emprendimiento.
Recuerdo un momento en el que la mayoría de la gente no podía deletrear la palabra «emprendedor» (entrepreneur en el texto original en inglés). Cuando era adolescente, me describía a mí mismo como uno, aunque sonaba exótico y genial, en ese momento, la mayoría de las personas no entendían lo que yo hacía o el valor que en ello.
Pero hoy en día, mi tía, mi primo, mi abuela y mi sobrina son todos orgullosos emprendedores. No importa la edad o las características demográficas de una persona, la barrera de entrada ha disminuido considerablemente con el surgimiento de la tecnología, y el emprendimiento ha experimentado un enorme auge, convirtiéndose en la palabra de moda de este siglo.
Pero ¿todo esto está a punto de cambiar con el surgimiento de la IA?
El costo humano de la conveniencia excesiva
En mi época, ser emprendedor significaba que una persona tenía que trabajar muy duro, frecuentemente más que cualquiera a su alrededor. Al que madruga, Dios le ayuda. Acuéstate tarde, levántate temprano. Nunca apartes la vista del objetivo. Esas eran las frases recurrentes de mi tiempo. La pasión, la determinación y la resistencia eran las únicas cosas que podían asegurarte el éxito en cualquier entorno.
Hoy en día, ser emprendedor parece ser tan fácil como mover los pulgares y hacer clic en unos cuantos botones de una aplicación en un teléfono inteligente. ¿Trabajo duro? ¡Poco probable! ¡Solo haz clic en los ajustes o indicaciones correctos y Voilà! deja que la máquina haga el trabajo duro!
Los humanos nacieron con la anatomía y la fisiología para ser cazadores, recolectores, leñadores, escaladores y corredores. Fuimos bendecidos para ser físicamente activos y ágiles. Desafortunadamente, la raza humana lleva un siglo entero cambiando esas costumbres para convertirse en ermitaños amantes de los servicios de entrega y confinados a los escritorios.
Eso, en sí mismo, va a tener grandes repercusiones para la humanidad en las próximas décadas.
Sí, la inteligencia artificial puede escribir una disertación por ti y comprar tus boletos para el concierto. Las máquinas sin duda van a hacer nuestra vida más sencilla, reduciendo el tiempo desperdiciado y aumentando la eficiencia, pero ¿qué harán con nuestra fisiología, nuestras mentes y nuestra psique? Nuestra determinación y nuestra capacidad cognitiva necesitan ser desafiadas con tareas complejas, físicas y mentales, a diario para combatir el envejecimiento y la demencia.
Dejamos incluso que las máquinas resuelvan las tareas más básicas de nuestras vidas, como conducir de un lugar a otro. Como todos sabemos, cuando se pierde la señal del GPS, sin conocer las rutas en nuestros cerebros, estamos perdidos. Esto es un problema tanto para las emergencias como para el desarrollo cognitivo y evolutivo de nuestra mente y psique.
¿Qué significa ser emprendedor hoy en día?
¿Es realmente una persona emprendedora cuando todo lo que hizo fue hacer clic en un botón y el resto se automatizó? Si construyeron el hardware, el software y la automatización ellos mismos entonces, a mi parecer, sí son emprendedores. Pero si otra persona creó la máquina y ellos solo la usaron, ¿realmente lo son?
Después de haber producido y dirigido muchos programas de televisión que exploran y exponen la tecnología avanzada y la innovación de manera positiva, claramente soy optimista sobre nuestro futuro supercargado tecnológicamente. Pero seamos honestos con nosotros mismos, las máquinas, la automatización, los robots y las computadoras, aunque nos brindan ciertas capacidades, también eliminan muchas funciones naturales que son fundamentales para las habilidades cognitivas y las necesidades del ser humano.
Según un nuevo estudio, el uso excesivo de la tecnología daña gravemente los sistemas cerebrales que conectan el procesamiento emocional, la atención y la toma de decisiones. Los resultados vinculan la sobrecarga tecnológica con la ansiedad, la depresión severa y el suicidio.
La gente se preocupa por que los robots nos quiten nuestros trabajos o tomen el control por completo, pero yo me preocupo por cómo nos va a perjudicar como seres humanos, más perezosos, más tontos y menos saludables como consecuencia del uso de estas tecnologías avanzadas.
Como dijo Garry Kasparov, el primer Campeón de Ajedrez en perder contra una máquina, «Necesitamos mejores humanos, no menos tecnología».
¿Dónde reside el verdadero emprendimiento cuando todo se vuelve automatizado y reposa en los creadores de esas tecnologías?
Los humanos somos altamente adaptables e innovadores, y nos adecuaremos a la integración de la tecnología y las máquinas en nuestro mundo, pero es fundamental que permanezcamos un paso delante de ellas, manteniéndonos informados y siempre listos para hacer el trabajo duro.
La clave para un futuro sostenible y exitoso es asegurarnos de hacer sinergia y sincronizarnos con las máquinas, fomentar nuestras habilidades naturales, perfeccionar nuestras fortalezas, ejercitar nuestros cuerpos y nuestras mentes, y no volvernos dependientes de las capacidades y recursos tecnológicos.La fórmula de Thomas Edison «El genio es 10% inspiración y 90% transpiración» sigue estando vigente. Aunque las máquinas puedan terminar haciendo el 90% del trabajo manual, no significa que podamos descansar solo en el 10% de inspiración.
Artículo tomado de Entrepreneur, lea el original aquí.