Su consumo regular es bueno para personas que realizan actividad física de manera cotidiana
Los frutos secos son alimentos llenos de nutrientes que brindan múltiples beneficios para la salud sobre todo debido a su elevado contenido de grasas saludables. Y uno de estos frutos a veces suele pasar desapercibido, sobre todo en relación con la popularidad de las nueces o los pistaches.
Nos referimos a las almendras, las cuales son las semillas del fruto del almendro (Prunus dulcis), un árbol originario de Asia occidental y el norte de África. Se les conoce como frutos secos debido a su bajo contenido de agua, aunque, en sentido estricto en realidad se trata de semillas, pues la parte comestible se encuentra dentro de una cáscara dura que se rompe para acceder a la semilla.
Las almendras se pueden consumir crudas, tostadas o procesadas en diferentes formas, como mantequilla de almendras, leche de almendras y harina de almendras.
Constituyen una fuente rica de nutrientes, incluyendo proteínas, grasas saludables, fibra, vitaminas como la vitamina E y minerales como el magnesio, calcio y potasio. Se utilizan tanto en la culinaria como en la fabricación de productos cosméticos y medicinales debido a sus propiedades beneficiosas para la salud.
Cabe mencionar que, son estos nutrientes los que el confieren una propiedad especial, la de ayudar a formar masa muscular en quien las consuma, debido a su elevado aporte de proteínas y otros nutrientes.
Por qué las almendras ayudan a ganar masa muscular
Como mencionamos antes, las almendras pueden ayudar a ganar masa muscular debido a su perfil nutricional rico en varios nutrientes esenciales para el desarrollo y mantenimiento de los músculos.
En primer lugar, las almendras son una excelente fuente de proteínas, que son fundamentales para la reparación y el crecimiento de las fibras musculares después del ejercicio.
Además, las almendras contienen grasas saludables, principalmente ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, que proporcionan energía sostenida y ayudan a mantener un balance hormonal adecuado, lo que es importante para la síntesis muscular.
Otro componente vital presente en las almendras es el magnesio. Este mineral es crucial para la función muscular y la contracción, y también desempeña un papel en la regulación de los niveles de azúcar en la sangre, lo que puede mejorar el rendimiento y la recuperación después del ejercicio.
La combinación de estos nutrientes hace que las almendras sean un alimento ideal para aquellos que buscan aumentar su masa muscular de manera saludable y equilibrada.
Cuáles son otros beneficios de las almendras
Además del beneficio antes mencionado, las almendras ofrecen otros numerosos beneficios para la salud debido a su perfil nutricional ya que son ricas en proteínas, grasas saludables, vitaminas y minerales esenciales.
Uno de los principales beneficios de las almendras es su capacidad para mejorar la salud cardíaca pues contienen ácidos grasos monoinsaturados, como el ácido oleico, que ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL (“malo”) y a aumentar el colesterol HDL (“bueno”), disminuyendo así el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Otro beneficio destacado es su aporte significativo de antioxidantes, especialmente la vitamina E. Los antioxidantes protegen a las células del daño oxidativo y el envejecimiento prematuro, y pueden reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Además, las almendras también son una fuente rica en magnesio, un mineral crucial para la función muscular y nerviosa, la regulación del azúcar en sangre y la presión arterial.
Por otro lado, las almendras son beneficiosas para el control del peso pues a pesar de su alto contenido calórico, los estudios sugieren que las personas que consumen almendras regularmente tienen menos probabilidades de aumentar de peso. Esto se debe en parte a que las almendras son saciantes y ayudan a reducir el apetito.
Incorporar almendras en la dieta puede ofrecer numerosos beneficios para la salud, desde la protección cardiovascular y el control del peso hasta la mejora de la función metabólica y la salud ósea.
Artículo tomado de Infobae, lea el original aquí.