En el fondeo colectivo, se mantiene el interés para facilitar recursos a las empresas tecnológicas, de acuerdo con lo mencionado por Luis X. Barrios, director ejecutivo de la Institución de Fondeo Colectivo (IFC) Arkangeles
La inversión institucional extranjera se ha reducido significativamente para las startups de tecnología en México, debido al contexto macroeconómico, que caracterizado por mantener altas tasas de referencia. Lo anterior ha vuelto más difícil conseguir dicho capital para impulsar el crecimiento de las plataformas.
Sin embargo, en el fondeo colectivo se mantiene el interés para facilitar recursos a las empresas tecnológicas, de acuerdo con lo mencionado por Luis X. Barrios, director ejecutivo de la Institución de Fondeo Colectivo (IFC) Arkangeles.
El fondeo colectivo cobra mayor relevancia debido a que podemos ser el fondo de capital de riesgo para estas startups y aprovechando la tecnología y la licencia de fondeo colectivo podemos impulsar a que más inversionistas en la región inviertan en este tipo de empresas”, señaló.
En este escenario, los fondos de capital de riesgo, una de las alternativas para que las tecnológicas capten inversión, han concentrado sus recursos en empresas de reciente creación. La Asociación Latinoamericana de Capital de Riesgo & Capital Privado en su último informe ‘LAVCA: Tendencias de VC en Latinoamérica’ señaló que muchas startups sólo recaudan recursos en etapas tempranas y no consiguen financiamiento para fases posteriores.
Desde el 2019, más de 1,700 empresas en América Latina han obtenido financiamiento de fondos de capital de riesgo, para fases tempranas, pero sin levantar la siguiente ronda de inversión, de acuerdo con el estudio.
“Hay muchas compañías en diferentes etapas más tardías, que se enfrentan a un escenario con menos oferta, mayor escasez, aunque muchos fondos siguen teniendo reservas de capital para continuar, diversos portafolios han tomado medidas exigentes y condiciones como que las compañías estén más cercanas a la rentabilidad”, señaló Barrios.
Aunque el crowdfunding se visualizaba como la última alternativa para estas empresas, Barrios explicó que en el contexto reciente obtener capital de esta forma, se ha convertido en una forma de validar sus modelos de negocio, ajustar sus propuestas de valor y en mayores posibilidades de levantar inversión en rondas futuras.
De acuerdo con cifras internas, Arkangeles ha facilitado inversión a más de 100 compañías, además, atienden a 15,000 inversionistas.
Madurez del mercado
La Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera promulgada en el 2018, también conocida como Ley Fintech, regula actividades de crowdfunding especializadas en el financiamiento colectivo de deuda, capital, copropiedad o regalías.
En este escenario, Barrios destacó que la regulación y el tiempo que lleva el segmento desarrollándose en el país, han permitido que el fondeo colectivo se encuentre en un estado de madurez, sin embargo, persisten retos.
“En Estados Unidos, Europa y Asia existe un ecosistema mucho más sólido de crowfunding y por el otro lado, tienes una comunidad de inversionistas, una población un poco más sofisticada, llevan más años invirtiendo en este tipo de activos, hay mayor cultura en el tema de diversificación de portafolios», destacó.
El directivo indicó que en México, persiste el reto de que los inversionistas cambien y opten por más alternativas a las instituciones financieras tradicionales.
“La competencia actual es más de lo mismo, están peleando por el mismo pastel, a través de tratar de mejorar en su servicio, eso no es lo que necesita el usuario realmente, lo que buscan es contar con mejores y nuevos productos”, mencionó.
Artículo tomado de El Economista, lea el original aquí.