Aquí te decimos cómo convertir un error de comunicación en un modelos de comunicación poderoso. Cuando tienes claro el tipo de comunicación que necesitas, es más fácil para las personas decir las cosas correctas y tomar las medidas adecuadas.
Estas tres estrategias pueden ayudarte a mejorar tus conversaciones con las personas que supervisan las actividades y el personal clave de tu organización.
ener el enfoque correcto es esencial cuando te comunicas con gerentes. Te permite establecer límites y expectativas claras, lo que mejora tu capacidad para defender lo que necesitas y, con frecuencia, conduce a mejores resultados.
Los mejores modos o enfoques son simples pero efectivos. Necesitas algo que las personas puedan internalizar, memorizar y repetir. Lo sé porque he desarrollado uno propio: una escala de tres modos que he transmitido a innumerables colegas a lo largo de los años. A casi todos a quienes les he compartido este marco dicen que les ha sido extremadamente útil.
Lo llamo Los tres modos de comunicación para gerentes. A continuación, se muestra cómo puede ayudarte a mejorar tus conversaciones con las personas que supervisan las actividades y el personal clave de tu organización.
La comunicación poco clara lleva a resultados desfavorables
Esta idea se originó a partir de una experiencia personal. Hace años, trabajaba bajo las órdenes del director ejecutivo de una startup y le mencioné cierta frustración que tenía con otro miembro del equipo. Después de contarle a mi jefe, procedió a hablar con el miembro del equipo en cuestión al respecto, algo que yo no esperaba ni pedí explícitamente.
Me sentí inmediatamente avergonzado cuando las noticias de esto finalmente me llegaron. Sentí que habían violado mi confianza y me enfadé. La siguiente vez que vi a mi gerente, le pregunté por qué había hablado con el miembro del equipo en cuestión.
«Bueno, me lo contaste», respondió.
Estaba molesto, pero luego me di cuenta de que no debería de estarlo. La acción que tomó mi gerente no era lo que yo quería, pero había sido ambiguo acerca de lo que le estaba diciendo y qué dirección esperaba de él.
Basándome en ese incidente, ideé tres reglas simples para agilizar la comunicación con los gerentes. Estas reglas son extremadamente simples, pero funcionan en prácticamente todos los niveles de gestión en cualquier organización.
Los tres modos de comunicación para gerentes
La próxima vez que hablé con mi gerente, le expliqué que había desarrollado tres modos distintos para ayudar a categorizar las experiencias que compartía con él. También le expliqué que enmarcaría las conversaciones futuras identificando de antemano qué modo quería que aplicara.
Los tres modos son los siguientes:
- Modo uno: Quiero que escuches, pero no hagas ni digas nada. Solo me estoy desahogando. Te voy a contar algo que probablemente sea difícil y necesito que te quedes callado. Esto me permite verbalizar mis sentimientos mientras te ayudo a comprender mis desafíos y garantizar la confidencialidad.
- Modo dos: Quiero que escuches y me des tu opinión sin hacer nada. Probablemente te explique lo que me pasó y cómo me siento al respecto. Incluso podría pedirte un consejo o comentarios, pero no quiero que tomes medidas en mi nombre. Esto me permite crecer resolviendo mis propios problemas y fomenta la iniciativa, que es un predictor clave del éxito emprendedor.
- Modo tres: Quiero que escuches y quiero que actúes. En mi experiencia, este modo rara vez se usa; lo reservo para situaciones en las que sé que un problema va más allá de mi capacidad para resolverlo solo.
Este último modo es el inverso de delegar una tarea a un empleado. En cambio, estás apelando a tu gerente para que te ayude. Puede ser aún más difícil, pero es igual de importante.
La comunicación clara requiere de valor
Al utilizar este marco, lo más importante que puedes hacer como empleado es identificar qué tipo de problemas requieren del modo tres. Cuando tienes un problema que no puedes manejar y necesitas ayuda, se requiere de humildad y habilidad para reconocerlo. Esto puede salvar a una empresa, y no lo digo a la ligera.
Saber cuándo «compartir hacia arriba» y pedir ayuda es todo un arte. Cuando trabajaba en Square, tenía a 180 personas a mi cargo. No tenía tiempo de leer cada línea de código que escribían, pero sí necesitaba entender si había algún problema con la codificación y quién lo estaba solucionando.
Era importante que las personas que me reportaban hicieran un inventario de sus problemas y tomaran decisiones acertadas sobre cuáles requerían de mi atención. Es como saber cuándo ir al doctor o con un abogado: tienes que saber cuándo buscar ayuda profesional.
Cuando trabajas en un nivel de alta gerencia, casi todos tienen un ego, por lo que esto es todavía más difícil. Pero dejar de lado el orgullo requiere de valor, y siempre he creído que aventurarte fuera de tu zona de confort resulta esencial para el crecimiento personal.Recuerda: cuando puedes ser claro sobre el tipo de comunicación que necesitas, es más fácil para las personas decir las cosas correctas y tomar las acciones correctas. Te he proporcionado un posible marco para tener estas conversaciones — ahora te toca ponerlo en práctica.
Artículo tomado de Entrepreneur, lea el original aquí.