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Los purificadores de agua que no eliminan las bacterias, según Profeco

Foto: Pixabay

La Procuraduría Federal del Consumidor realizó un estudio de calidad a distintas marcas de purificadores que no requieren instalación.

En la Revista del Consumidor de noviembre, la Profeco analizó la calidad y el funcionamiento de purificadores de agua portátiles o que no requieren instalación. Con el fin de saber cómo se desempeña su filtro y cuál es su eficiencia en la reducción bacteriana. Hay algunas malas noticias.

Para su estudio, la Profeco analizó 5 productos: 2 jarras y 3 purificadores con dispensador. Se verificó que fueran veraces, es decir, que comprobaran las propiedades que se les atribuyen a los equipos.

También se determinó la diferencia entre el agua de entrada (agua de red) y el agua de salida de cada equipo purificador, verificando:

El porcentaje de reducción de sales disueltas.
El porcentaje de disminución del cloro residual.
La variación de la acidez o alcalinidad del agua, pH (Ver escala del pH en página 15).

La prueba bacteriana

Cada equipo se acondicionó conforme a las instrucciones del fabricante previo a su uso.

La prueba se realizó utilizando una bacteria llamada Escherichia coli en la concentración requerida por la NOM-244-SSA1-2020, que establece que para que un purificador sea aceptable en la reducción bacteriana debe tener una eficiencia del 95% de microorganismos mesófilos aerobios y 99.9% de coliformes totales.

Los resultados

De los 5 productos analizados, solamente dos cumplieron con la norma de reducción bacteriana. Y tres de ellos no lo hicieron.

Marcas que no cumplen con reducción de bacterias requerida por la norma:

Pura somos agua (Jarra Purificadora BALI, hecho en China). Reduce las sales al 100%.

AVERA (Jarra purificadora de agua JPA01, hecho en China). Reduce las sales en 90%.

AVERA (Purificador de agua con dispensador PA5L, hecho en Corea del Sur). Esta marca, además, no reduce las sales.

Los modelos que sí cumplieron con la reducción bacteriana fueron:

Unilever Pure-It, hecho en la India. No obstante, este modelo no presenta el soporte técnico sobre el cual la Sociedad Mexicana de Pediatría lo recomienda, tal como se anuncia el producto.

Ecofiltro, hecho en Guatemala. Fue el único modelo que cumplió con las pruebas y que no presentó publicidad que no pudiera comprobar. Aunque su costo es el más alto de los modelos analizados, de 5,999 pesos.

La Profeco recordó que los productos que no cumplen con las Normas Oficiales Mexicanas pueden ser sujetos a medidas precautorias y sus proveedores a requerimientos y, en su caso, a procedimientos por infracciones a la ley.

Artículo tomado de Expansión, lea el original aquí.

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