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Arranca el autoshow de Shanghái, la mayor feria automotriz del mundo entre la competencia de vehículos eléctricos y tensiones comerciales

Foto: Forbes

La china BYD, líder en ventas, atrajo multitudes con la presentación de cinco nuevos modelos de su serie Ocean, un SUV de lujo bajo su marca Yangwang y un deportivo de su filial Denza.

Shanghái.- La mayor feria de automóviles del mundo abrió este miércoles sus puertas en Shanghái, en un contexto de creciente tensión comercial y feroz competencia por el liderazgo en el mercado de vehículos eléctricos.

Con alrededor de mil expositores, el evento se perfila como un termómetro del pulso tecnológico de la industria automotriz global, cada vez más centrada en la electrificación.

Fabricantes extranjeros buscan mantener su relevancia frente al avance de las firmas chinas, que lideran con holgura el mercado local de vehículos eléctricos gracias al fuerte respaldo estatal. En este escenario, marcas tradicionales como Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz han reforzado su apuesta por productos “hechos en China para China”.

El grupo Volkswagen, el mayor fabricante extranjero en el país asiático, presentó una nueva línea de vehículos eléctricos y un sistema de asistencia al conductor diseñado específicamente para el ecosistema digital chino. BMW, por su parte, atrajo la atención al presentar su futurista modelo “Neue Klasse” en un espectáculo donde la inteligencia artificial tuvo un rol protagónico. El CEO de la compañía, Oliver Zipse, subrayó la importancia de los mercados abiertos y la cooperación global, en alusión a las recientes disputas arancelarias entre China y Estados Unidos.

Competencia local e innovación acelerada

La edición 2025 del Auto Show de Shanghái, que se extenderá hasta el 2 de mayo, destaca por la presencia de titanes estatales, startups emergentes como Nio y Xpeng, y gigantes tecnológicos como Xiaomi, esta última transformada en fabricante de automóviles.

El ritmo de innovación en China ha sido vertiginoso. La china BYD, líder en ventas, atrajo multitudes con la presentación de cinco nuevos modelos de su serie Ocean, un SUV de lujo bajo su marca Yangwang y un deportivo de su filial Denza. Nio, a su vez, reveló su modelo ET9, impulsado por dos chips propios de conducción inteligente, mientras que Xpeng presentó una batería con tecnología de inteligencia artificial capaz de ofrecer 420 kilómetros de autonomía con solo 10 minutos de carga.

Sin embargo, el panorama no es del todo alentador. La sobreoferta y la guerra de precios han llevado al cierre de múltiples empresas, mientras que marcas consolidadas como SAIC Motor, BYD y Geely libran una intensa batalla por el mercado.

Crecimiento internacional y barreras arancelarias

Ante la saturación del mercado doméstico, muchas firmas chinas buscan expandirse a regiones como el sudeste asiático, Europa y América Latina. No obstante, las dificultades logísticas y los aranceles complican el camino. Nio reconoció esta semana haber subestimado los desafíos de su incursión en Europa.

La incertidumbre arancelaria también inquieta a fabricantes estadounidenses como General Motors y Ford, que producen vehículos en China. Las fricciones comerciales entre Pekín y Washington, originadas durante la administración Trump, siguen sin resolverse, con elevados gravámenes recíprocos que afectan al sector.

La Unión Europea, por su parte, ha impuesto tarifas adicionales a los vehículos chinos alegando competencia desleal por subsidios estatales. Según la consultora AlixPartners, las exportaciones hacia Rusia y Oriente Medio han servido como válvula de escape para algunas compañías.

Internamente, la débil recuperación económica pospandemia representa otro obstáculo para el crecimiento sostenido de la industria.

Artículo tomado de Forbes, lea el original aquí.

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