Se trata de la zona más olvidada en cuanto a protección solar, y una de las más peligrosas
Algunas de las quemaduras provocadas por el sol durante los meses de verano son lesiones agresivas que, de manera reiterada y a largo plazo (20-30 años) pueden derivar en un cáncer. Por suerte, existe cada vez mayor conciencia de la necesidad de protección frente a las radiaciones solares durante todo el año, aunque hay algunas ‘lagunas’ que hacen referencia a zonas concretas especialmente olvidadas, como es el caso de las orejas, en las que el cáncer de piel hace estragos.
Esas zonas olvidadas…
Aunque existe mayor responsabilidad en cuanto a la necesidad de protección solar, el cáncer de piel no entiende de zonas. Por eso, si dejamos desprotegidas algunas partes de cuerpo, van a servir de campo abonado para la lesión. Entre estas zonas olvidadas, la más destacable del rostro son las orejas. El daño que puede provocar una quemadura en un hombro o en el rostro es el mismo que puede ocasionar en los labios, las orejas e incluso en el cuero cabelludo.
Como comenta el doctor Alberto Conde Taboada, jefe del Servicio de Dermatología de MD Anderson Cancer Center Madrid, «es muy habitual olvidarse de las orejas a la hora de aplicar protección solar, cuando precisamente es una zona en la que vemos tumores de piel con frecuencia. Otro lugar típico es el labio inferior, en el que deberíamos aplicar crema con SPF suficiente, y recordar también que el tabaco induce la aparición de cáncer en esa localización».
La importancia de crear un hábito
El dermatólogo de MD Anderson explica que las lesiones graves en estas zonas pueden derivar con los años en un cáncer de piel si no se diagnostican a tiempo. Por esta razón, el experto insiste en que las zonas más susceptibles de ser olvidadas, como es el caso de las orejas, deben ser protegidas del sol de la misma manera que el resto de las partes en las que aplicamos la crema solar.
«La forma más eficaz de mantener bajo control estas zonas es generar el hábito de usar cremas de protección solar alta en ellas, de la misma manera que lo hacemos en todo el cuerpo». Además, hay que tener en cuenta que la vestimenta se convierte en otro aliado para evitar la exposición nociva, aunque no vale cualquier prenda. La ropa fina y de color claro permite el paso de gran parte de la radiación solar. Por eso, «lo más seguro es utilizar prendas especialmente diseñadas de venta en tiendas especializadas y de deportes», nos dice el experto.
La edad, un factor determinante
Como comenta el especialista, es básico que todos entendamos que las recomendaciones de protección solar no son iguales en todos los grupos de edad.
«Los bebés no deben exponerse a la luz solar directa más allá de una exposición puntual hasta los 6 meses. Por lo que respecta a menores de 2 años, se recomiendan las cremas protectoras minerales, ya que son más seguras. Las quemaduras solares son peores cuanto más precoces en la vida: es peor quemarse con 5 años que con 50″, confirma el jefe de Dermatología.
Síntomas de alarma
Los síntomas que deben hacernos sospechar que algo está sucediendo, en cuanto a los riesgos de la exposición solar sin protección o con protección inadecuada son, principalmente, las heridas que no curan tras varias semanas o también lunares que cambian de forma o color.
El doctor Conde Taboada advierte que es fundamental ser más estrictos en cuanto a la protección solar y seguir revisiones frecuentes si se ha tenido un tumor cutáneo maligno o premaligno, ya que se tiene más riesgo de padecer uno nuevo.
Cabe recordar que el tipo de piel también es un factor importante a considerar, ya que hay pieles que son mucho más sensibles que otras. El especialista explica que “existen los llamados fototipos, que indican cómo responde la piel al sol según nuestra melanina. Van desde el fototipo I (pelirrojo, ojos azules, piel que nunca se broncea y siempre se quema) hasta el fototipo VI (piel negra, pelo negro, ojos oscuros, nunca se quema). Entre medias de éstos hay un espectro de pieles que se queman más o menos fácilmente, y todas las medidas de precaución son pocas”, concluye el dermatólogo.
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