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Esta es la forma más efectiva de prevenir la diabetes según la ciencia

Imagen de Tesa Robbins en Pixabay

La diabetes es una de las enfermedades que más preocupa a los expertos, porque no siempre es fácil de diagnosticar a tiempo, lo que hace que sea complicado controlarla. Conocer los factores de riesgo puede ayudarnos a reducir las posibilidades de padecer sus síntomas y la ciencia tiene la clave para ello.

Una vida sin dolores ni malestar es el deseo de casi todas las personas, aunque muchas de ellas solo son conscientes de la importancia de sentirse bien cuando ya es tarde. En la Décima Edición del Atlas de la Diabetes de la Federación Internacional de Diabetes (FID) quedó establecido que más de 5 millones de adultos en España viven con esta enfermedad, así como que un tercio de las personas que la padecen no están diagnosticadas y, sin embargo, padecen sus síntomas. 

Un diagnóstico precoz es esencial para poder poner en marcha el tratamiento adecuado y reducir los efectos que esta enfermedad puede tener a corto y largo plazo, pero hay enfermedades que no siempre dan la cara a tiempo, por eso la prevención pasa a convertirse en la única manera de evitar o atrasar la aparición de enfermedades como la diabetes de tipo 2.

La diabetes es una enfermedad crónica (también llamada de larga duración) que afecta a la forma en la que el cuerpo convierte los alimentos en energía. El cuerpo descompone la mayor parte de los alimentos en glucosa, que se libera al torrente sanguíneo, esta entra en las células para ser usada como energía gracias a la regulación de la insulina, que se produce en el páncreas.

Cuando no se produce suficiente insulina o no se puede usar adecuadamente la que se produce, la glucosa se acumula en la sangre, lo que puede provocar problemas graves de salud, como enfermedades del corazón, pérdida de la visión o daños en los riñones.

Existen tres tipos principales de diabetes, la diabetes de tipo 1, que se produce por una reacción inmunitaria, la diabetes de tipo 2, que es la más frecuente (es casi 10 veces más habitual que la diabetes de tipo 1), y la diabetes gestacional, que aparece en mujeres embarazadas.

Entre los síntomas más habituales de esta enfermedad está la necesidad de orinar con frecuencia, un aumento de la sed, la pérdida de peso sin causa aparente, hambre, visión borrosa, cansancio, entumecimiento de las extremidades, más infecciones de lo habitual o llagas que cicatrizan lentamente.

En el caso de los enfermos de diabetes tipo 1, los síntomas pueden aparecer en apenas unos meses y además sentir también náuseas, vómitos o dolor de estómago. En el caso de la diabetes de tipo 2, los síntomas pueden aparecer a lo largo de tiempo o no hacerlo en absoluto, por eso es tan complicado obtener un diagnóstico precoz.

Mientras que las causas concretas que llevan a padecer diabetes se desconocen, se cree que puede ser por motivos genéticos o ambientales, sí que se sabe a ciencia cierta que hay factores de riesgo que se pueden modificar para reducir las posibilidades de que la enfermedad se desarrolle.

La mejor forma de prevenir la diabetes según la ciencia

Si bien la diabetes tipo 1 no se puede prevenir, sí que hay formas de reducir el riesgo de padecer diabetes de tipo 2, como la que proponen desde la Universidad de Sídney a través del estudio publicado por el British Journal of Sports Medicine.

Este estudio demostraría que los niveles más altos de actividad física, sobre todo aquella de intensidad moderada a vigorosa, están asociados con un menor riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2. La actividad física se demostró ser efectiva incluso entre aquellas personas con antecedentes familiares altos, lo que está demostrado ser un factor de riesgo, frente a quienes tenían un riesgo genético bajo, pero tenían una actividad física más reducida.

Este estudio lo que confirma no es que el ejercicio físico y una alimentación adecuada reduzca el riesgo de desarrollar esta enfermedad, sino que lo hace también en esos casos en los que la genética no es favorable, confirmando que el riesgo genético también puede reducirse con el ejercicio físico.

En cualquier caso, este descubrimiento no elimina el riesgo de desarrollar la enfermedad, por lo que conviene que todas aquellas personas con riesgo de padecer la enfermedad o que piensen que puedan tenerla se pongan en contacto con su profesional médico para un diagnóstico precoz (o incluso un diagnóstico negativo), clave a la hora de enfrentarse a esta enfermedad. 

Referencias

Luo, M., Yu, C., Del Pozo Cruz, B., Chen, L., & Ding, D. (2023). Accelerometer-measured intensity-specific physical activity, genetic risk and incident type 2 diabetes: a prospective cohort study. British Journal of Sports Medicine, bjsports-106653. https://doi.org/10.1136/bjsports-2022-106653

Artículo tomado de 20 minutos, lea el original aquí.

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Categorizado como Salud

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