Estados Unidos lidera los esfuerzos en la región en la transición hacia la movilidad eléctrica, mientras México enfrenta desafíos en la producción nacional de litio.
Los fabricantes de vehículos han comenzado a anunciar inversiones para ensamblar vehículos eléctricos en México. Sin embargo, aún existe una brecha importante en la cadena de valor de los autos cero emisiones: las baterías de litio.
Asia lidera la producción de baterías y, en consecuencia, domina la fabricación de vehículos eléctricos. Europa y América del Norte están en proceso de desarrollo en esta industria. En la región, Estados Unidos lidera los esfuerzos, mientras que México se ha rezagado.
“No hay empresas mexicanas que hagan baterías, yo no sé si las vaya a haber. Baterías para vehículo eléctrico, no baterías tradicionales, en esto tenemos muchísima experiencia. Ese es un hueco importante”, asevera Manuel Montoya, director del Clúster Automotriz de Nuevo León y presidente de la Red Nacional de Clústeres de la Industria Automotriz, en entrevista con Expansión.
Montoya opina que Tesla podría ser un jugador importante en este campo, ya sea trayendo la tecnología a la región o produciendo las baterías ellos mismos. En otros mercados, la compañía de Elon Musk ha creado un ecosistema dinámico que involucra empresas, desde productoras de litio hasta fabricantes de baterías.
Por ejemplo, la estadounidense productora de litio, Albemarle Corp, ha aumentado sus ganancias para este año debido al creciente interés mundial en el metal utilizado para fabricar baterías. Albemarle suministra litio a Tesla y Ford, extraído de Chile, Australia y China.
Las ganancias de la empresa en el segundo trimestre de este año ascendieron a 650 millones de dólares, en comparación con los 406.8 millones del mismo periodo en 2022.
“Seguimos confiando en las perspectivas a largo plazo de nuestros negocios”, aseveró Kent Masters, presidente ejecutivo de la compañía.
Panasonic es otro ejemplo relevante en el desarrollo de baterías de litio para vehículos eléctricos. A principios de junio, la compañía japonesa anunció una expansión del 10% en la producción de baterías de litio en la planta que opera conjuntamente con la firma de Elon Musk en Nevada, Estados Unidos. Además, Tesla expresó su intención de adquirir todas las baterías que Panasonic pudiera producir, según un portavoz de la empresa.
Tesla no es el único fabricante que ha buscado desarrollar una cadena de suministro de baterías en Estados Unidos. Honda ha invertido 700 millones de dólares para convertir sus plantas en Ohio, Estados Unidos, en centros de electrificación. Parte de esta estrategia incluye la instalación de una planta de baterías en asociación con LG Energy Solutions, con una capacidad proyectada de 40 GWh para finales de 2024.
Siguiendo el ejemplo de Honda, Hyundai estableció una alianza con LGES para crear una empresa conjunta enfocada en la fabricación de baterías para autos eléctricos. Esta planta se ubicará en el condado de Bryan, Georgia, y, según la empresa, representa «un paso significativo» en los esfuerzos de Hyundai para liderar la transición global hacia los vehículos eléctricos.
¿Y México?
A pesar de estos avances en la región, existe incertidumbre sobre el origen de las baterías que abastecerán las plantas que ya producen autos eléctricos, como la de Ford o la de GM en el país, o las que lo harán próximamente. Además de Tesla, Volkswagen, Audi y BMW han anunciado inversiones para la producción de modelos de baterías.
Aunque el país ha trazado un plan preliminar en la transición hacia esquemas de movilidad cero emisiones con la Estrategia Nacional de Movilidad Eléctrica (ENME), la realidad muestra un camino arduo para alcanzar las metas propuestas. Además, contar con una producción nacional de litio, un mineral fundamental para la fabricación de baterías, sigue siendo un objetivo lejano debido a las modestas inversiones y al desempeño del organismo encargado, LitioMX, apenas un año después de su creación.
La ENME, que contempla que para 2030 la mitad de las ventas de vehículos en México sean de unidades eléctricas, ha sido vista con escepticismo por parte de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA). Según la AMIA, estas metas son inalcanzables en las condiciones actuales y no se han visto apoyadas por el gobierno con estímulos significativos. En contraste, países como Estados Unidos han destinado enormes cantidades de recursos para fomentar la producción y compra de vehículos eléctricos, con créditos millonarios para empresas como Ford y SK On.
Aunque México cuenta con reservas de este mineral, las inversiones en exploración y extracción han sido modestas hasta el momento, y el organismo encargado, LitioMX, aún enfrenta obstáculos en su funcionamiento. La falta de una producción local de litio dificulta el objetivo de establecer una industria de baterías eléctricas en el país.
Con información de Reuters.
Artículo tomado de Expansión, lea el original aquí.