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Scribe crece gracias a la economía circular y sin desperdicios

La fábrica de Scribe en San Juan del Río, Querétaro, hace más de 50 variedades de papel. (Luz E. Méndez)

La subsidiaria de BioPappel producen miles de cuadernos al año en su planta de San Juan del Río, en Querétaro, abasteciendo la demanda en este regreso a clases.

Lo más emocionante del regreso a clases, además de volver a ver a tus amigos, es estrenar útiles escolares como los cuadernos, y empresas mexicanas como Scribe -que este año cumple 60 años en el mercado- está lista para atender la demanda en este nuevo ciclo escolar.

Scribe cuenta con tres fábricas de cuadernos: una en Orizaba, otra en Tres Valles (ambas en Veracruz) y una más en San Juan del Río (Querétaro), en donde se fabrican cerca de 300 millones de cuadernos y más de 500,000 toneladas de papel al año.

La empresa tiene un gran reto en esta nueva vuelta a la escuela, pues el encarecimiento de útiles hará que en promedio cada familia gaste 5,200 pesos por niño, de acuerdo con datos de pequeños comerciantes. Este monto es 30% mayor al del año pasado y supera por mucho a la inflación actual que ronda 4.8%

La planta de Querétaro también se encarga de la fabricación y almacenamiento de más de 50 variedades de papel entre distintos gramajes, tamaños y tonalidades.

Nada se desperdicia en Scribe: si por alguna razón el papel tiene algún error o los cortes se hacen de manera incorrecta, todo ese desperdicio se empaca para más tarde reciclarlo y hacer más papel nuevo.

¿Quién hace los cuadernos Scribe?

BioPappel es la empresa papelera más grande en el país y responsable de la fabricación de cuadernos Scribe.

Cuenta con licencias para fabricar algunas libretas o carpetas y cada año.

Así se hacen los cuadernos Scribe

Todo empieza con el papel. Scribe usa como materia prima el reciclaje de papel, fibras sustentables y -dependiendo del color que requiera el papel- algunos químicos.

Miguel Ángel Villalobos, gerente de la planta de Querétaro, cuenta que hay químicos azules (como los que usan los detergentes) que ayudan a hacer un papel más blanco.

Los químicos se compran en México aunque hay algunos que provienen de Estados Unidos, Asia y Europa.

Lo primero es acumular la fibra reciclable del papel y licuarla con esa mezcla se pasa a un formador de pliegos de papel y se prensa.

Luego pasa a un sistema de 57 cilindros que van secando con vapor el papel y al final se prensa para generar un recubrimiento que da la textura al papel.

Finalmente, el rollo de alrededor de 15 toneladas y 18 kilómetros de papel se va cortando, dependiendo del uso que se le dará: hoja de impresión o cuaderno.

Estos rollos de papel pasan a una impresora y cortadora que ajusta los tamaños requeridos: hojas tamaño carta u oficio. Cuadernos profesionales o de forma francesa; de cuadro grande, cuadro chico, cuadro alemán o raya.

Después se pasa por la perforadora y por una máquina que coloca el espiral del cuaderno.

Artículo tomado de Expansión, lea el original aquí.

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