La escasez de refacciones y los tiempos de espera para las reparaciones se han convertido en uno de los principales retos que enfrentan las marcas chinas que han llegado a México.
La disponibilidad de refacciones se ha vuelto parte de la estrategia de lanzamiento de GAC en México. Esto, porque la falta de algunos componentes para reparaciones mayores se ha convertido en un reto para otros fabricantes chinos, que han enfrentado cuellos de botella en los talleres de reparación y tiempos de espera de hasta cuatro meses, lo que se ha convertido en una de las principales críticas en las redes sociales hacia las marcas provenientes de ese país.
Osvaldo Ramírez, gerente de refacciones y accesorios de GAC México, dijo en entrevista que, considerando la experiencia de otras marcas, armaron un stock inicial basado en proyecciones de ventas y porcentajes estimados de vehículos involucrados en colisiones, que son las que han enfrentado los mayores tiempos de importación.
Según los cálculos hechos por la marca, y que coinciden con el promedio de la industria, los vehículos que entran a los talleres por colisión representan entre el 10% y 14% de la cantidad de vehículos vendidos por una marca.
La marca va a recibir cerca de 25 contenedores en noviembre y diciembre con refacciones, incluyendo aquellas relacionadas con reparaciones y colisiones, que se almacenarán en un centro ubicado en Tepozotlán, Estado de México, con el objetivo de asegurar una rápida distribución a diferentes regiones del país.
«Por ejemplo, podemos entregar partes de Ciudad de México, Monterrey, Guadalajara y en menos de dos días y al resto de la República en cuatro días en promedio», detalló Ramírez.
Más allá de las piezas
El directivo señaló que para poder agilizar la importación de refacciones de componentes relacionados con reparaciones por colisión, como aquellos del tren motriz o componentes eléctricos, GAC ha tomado medidas para obtener la mayoría de los certificados necesarios, lo que le permitirá la importación inmediata de esos componentes en el futuro.
“Hay algunos componentes, como los componentes eléctricos, que requieren una NOM, y por cada parte que requiera una NOM se tiene que hacer un proceso de certificación ante el gobierno, pero ya una vez que obtuviste ese certificado puedes importar lo que quieras de ese componente. Actualmente ya contamos con la mayoría de los certificados, lo que significa es que si algo pasa nosotros podemos importarlo de manera inmediata”, explica Ramírez.
Otro aspecto clave para poder agilizar la gestión de las reparaciones de los vehículos dañados por colisión es la relación con concesionarios y aseguradoras. La marca está trabajando en la implementación de un seguro directo de GAC México, permitiendo a los clientes contratar la protección a través de la financiera de la casa.
Este enfoque no solo ofrece tasas preferenciales, sino que también asegura que el broker utilizado por GAC tenga acuerdos con las principales aseguradoras del país, simplificando el proceso de reparación en caso de siniestros.
Ramírez detalló que otro de los principales problemas que tienen las marcas chinas es que “llega un vehículo y los técnicos no saben cómo repararlo”. Por ello, la compañía asegura que también ha implementado un programa de capacitación para los distribuidores próximos a abrir. Esto implica la certificación de gerentes de servicio, técnicos y asesores de garantías en áreas clave, como la tecnología del vehículo, abarcando aspectos como el motor, la transmisión y los componentes eléctricos.
Daniel Madrigal, gerente de planificación de Productos y Ventas en GAC, dijo que se espera que las ventas se inicien en la segunda semana de diciembre, una vez se hayan resuelto los trámites administrativos pendientes y se obtengan las claves vehiculares necesarias para la facturación.
GAC tiene planes de abrir entre 15 y 20 concesionarios en la fase inicial, con la meta de alcanzar hasta 50 concesionarios para el cierre de 2024. Para el próximo año, la marca alista el lanzamiento de hasta tres modelos más, incluidos un SUV eléctrico, una minivan y un sedán.
Artículo tomado de Expansión, lea el original aquí.