La Organización Mundial de la Salud señala que, en los últimos 30 años, el número de adultos entre 30 y 79 años con hipertensión ha incrementado de 650 millones a 1,280 millones de personas.
El Dr. José Luis Ojeda Delgado, director de la División Cardiovascular del Centro Médico ABC, campus Santa Fe y campus Observatorio, menciona que esta enfermedad la padecen entre 3 y 5 de cada 10 personas, sin que ellos lleguen a tener síntomas. Señala que, de acuerdo con las cifras del INEGI en el 2023, en México en el periodo enero-junio 2022, las defunciones por enfermedad del corazón fueron la primera causa de muerte en mujeres y hombres, llegando a las 105,864 personas.
La hipertensión arterial sistémica (HTA), es el principal factor de riesgo de enfermedad cardiovascular no controlada en el mundo. Es una enfermedad persistente en el cual la presión de la sangre es demasiado alta, afectando las paredes de las arterias y generando diferentes padecimientos del propio corazón, así como de prácticamente cualquier otro órgano del cuerpo, llegando a poner en riesgo la salud y vida de las personas.
Se conoce como tensión arterial a la fuerza ejercida por la sangre contra las paredes de las arterias al momento de ser bombeada por el corazón, por ello, si la tensión es más alta, el corazón se daña paulatinamente ya que el esfuerzo que hace para bombear la sangre contra la resistencia es mayor, por el daño en las arterias, lo que provoca un círculo vicioso y una mayor enfermedad.
La Organización Panamericana de la Salud establece que más de una cuarta parte de las mujeres adultas y cuatro de cada diez hombres adultos tienen hipertensión.
El principal problema con este padecimiento se debe a que no presenta síntomas claros, lo que puede generar diagnósticos tardíos, por lo que se recomienda buscar mediciones regulares y un chequeo anual del estado general de salud para detectar cualquier condición. También sucede que la hipertensión aumenta con la edad, de tal forma que el 60% de las personas mayores a 65 años la tienen.
Al checar la presión arterial se mide la fuerza de la sangre en el momento en que el corazón bombea, lo cual se divide en dos números. El primero es la presión sistólica que se refiere a la presión al momento de latir el corazón, y el segundo es la presión diastólica, que hace referencia a la presión cuando el corazón está en reposo.
¿Cómo se mide la presión arterial?
Para una adecuada medición de la presión arterial se deben considerar algunas condiciones básicas como un ambiente relajado, estar sentado cómodamente, tener un descanso de entre 3 a 5 minutos, no haber ingerido bebidas alcohólicas o con cafeína, ni haber fumado. La medición se debe realizar en dos ocasiones con minutos de diferencia, y en caso de que los datos sean diferentes, se tomará en cuenta la medición más alta.
Dependiendo de los resultados, se puede indicar si se cuenta con una presión arterial alta o normal, así como el nivel de riesgo de esta última.
- Normal. Presión sistólica menor a 120 y presión diastólica menor a 80.
- Presión arterial alta. La presión sistólica se sitúa entre 120 y 129, mientras que la diastólica no supera los 80.
- Hipertensión etapa 1. La presión sistólica se sitúa entre 130 y 139, mientras que la diastólica ronda los 80 y 89.
- Hipertensión etapa 2. La presión sistólica se sitúa por encima de los 140, mientras que la diastólica supera los 90.
- Crisis hipertensiva. Una presión sistólica superior a los 180 y una diastólica superior a 120, en este panorama es necesario recibir atención médica de urgencia.
Otros momentos para atender la hipertensión en calidad de urgencia, aún si no se llega a los números de 180/120 es cuando algún órgano blanco como lo son los ojos, el cerebro o los riñones se ven afectados; de igual manera si la presión arterial comienza a elevarse y la mujer está embarazada.
La hipertensión aumenta el riesgo de un Ictus, de un ataque cardíaco y de otros problemas de salud graves. Es importante llevar un correcto control de la presión a partir de los 18 años, aunque se ha descubierto con recientes estudios que también puede haber hipertensión en la infancia.
Se considera como hipertensión cuando la persona tiene dos medidas, o más, tomadas en diferentes ocasiones y que resultan en números elevados.
La hipertensión más frecuente es la esencial o primaria, que engloba el 90% de los casos y se presenta sin una causa reconocible. Mientras que la hipertensión secundaria que ronda el 10% de los casos, es resultado de otros padecimientos como los endocrinos, nefrología, renovasculares, entre otros.
Factores de riesgo en la hipertensión arterial
Los factores de riesgo en la hipertensión incluyen que haya un familiar directo, como el padre, madre o un hermano/a que ya tenga hipertensión, esto aumenta el riesgo. También un consumo excesivo de sal en los alimentos, lo que genera retención de líquidos y aumenta la presión arterial. Una vida con altos niveles de estrés aumenta de manera temporal la presión arterial. Otro factor a considerar son las personas de grupo étnico afro-americano, quienes tienen un mayor riesgo de presentar este padecimiento.
No realizar ejercicio puede generar un aumento de peso y, con ello, problemas de presión arterial alta. Un peso excesivo provoca cambios en los vasos sanguíneos y en otras partes del cuerpo, lo que llega a aumentar la presión.
Fumar, mascar tabaco o vapear se ha visto relacionado a un aumento inmediato de la presión arterial. Además, el tabaco daña las paredes de los vasos sanguíneos, lo que acelera el endurecimiento en las arterias. En algunas ocasiones el embarazo puede aumentar los niveles de la presión arterial, con la preeclampsia o la eclampsia.
Otros padecimientos como la diabetes, la apnea del sueño o las enfermedades renales llegan a favorecer la presencia de este padecimiento.
Tengo hipertensión, ¿ahora qué sigue?
La importancia del diagnóstico oportuno en la hipertensión, que se logra verificando la presión arterial primaria o secundaria desde la infancia, comenta el Dr. Ojeda. Esto es óptimo que se revise a partir de los 18 años, junto con la historia clínica completa de la persona, mediante un Check up, que es una revisión médica integral y consta de diversas revisiones.
Una vez que se ha diagnosticado la hipertensión, se deben tomar diferentes medidas para llevar una vida más saludable, esto incluye el uso de medicamentos conforme hayan sido prescritos por el doctor y en base a las guías clínicas nacionales e internacionales. También se debe seguir una dieta saludable, disminuir el consumo de sal y llevar un estilo de vida activo con ejercicio regular. Disminuir el consumo de alcohol, no fumar y tratar de dormir siete horas diarias, así como disminuir el estrés en la vida diaria, son grandes cambios que ayudarán a la salud.
El uso de medicamentos podrá variar dependiendo de las causas de la hipertensión, así como del daño que ya haya provocado en el cuerpo.
En el Centro Cardiovascular del Centro Médico ABC encontrarás el mejor personal de salud, equipo de última generación para el diagnóstico y tratamiento de la hipertensión arterial sistémica, así como de las complicaciones cardiovasculares que se hayan podido generar por este padecimiento. Cuida tu corazón y realiza todos los seguimientos necesarios en el Centro Médico ABC, lo importante es la prevención.
El Economista. (2023c, mayo 31). La hipertensión es una enfermedad silenciosa. El Economista. https://www.eleconomista.com.mx/empresas/La-hipertension-es-una-enfermedad-silenciosa-20230531-0046.html