Los grados académicos no debieran ser un requisito indispensable para postularse a una vacante, pues las capacidades y conocimientos específicos a aplicar en una posición laboral son más importantes, señala Andrés Mendoza, gerente regional de Zoho Corporation.
Algunos sectores han comenzado a centrarse en las habilidades de las y los aspirantes a una vacante y comienzan a darle menos importancia a las cédulas profesionales. A la cabeza de este cambio están los empleos en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), en el que los títulos universitarios ya no son tan necesarios, sí la actualización y certificación constante.
Magnates como Elon Musk, Bill Gates y Carlos Slim defienden otro tipo de educación, certificación y selección de talento. Musk ha declarado que las universidades son para divertirse y no es necesario acudir a ellas, pues el conocimiento está disponible en otras partes y de forma gratuita. Aunque él sí estudió en la universidad y se graduó como físico y economista.
“Nosotros no validamos si tiene título universitario o no. Tomamos en cuenta si la persona tiene el conocimiento necesario y es capaz de resolver las necesidades para la posición”, dice Andrés Mendoza, gerente regional de Zoho Corporation, empresa multinacional dedicada al desarrollo de software, servicios en la nube y aplicaciones web de negocios.
Eliminar el título universitario como requisito indispensable para postularse a una vacante permite una evaluación más precisa de las capacidades y los conocimientos prácticos que una persona puede aportar a un puesto de trabajo, dice el especialista en seguridad informática.
“Cuando cambiemos ese chip, veremos que podemos tener talento capacitado o autocapacitado, personas con muchas ganas de trabajar. Con esto no quiero decir que nadie estudie una carrera universitaria, sino que hay otras formas de adquirir conocimiento”, como escuelas técnicas o cursos intensivos (bootcamps).
Pero también “hay herramientas gratuitas a los que se pueden acceder, incluso entidades gubernamentales están creando programas de capacitación para jóvenes”.
Bootcamps, ¿la solución?
Antes de la pandemia, se había estimado que “América Latina y el Caribe tendría una brecha digital de medio millón de profesionales” de las TIC, señala el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Pero el aislamiento que impuso por un tiempo la covid-19 dejó como herencia una mayor digitalización de las empresas e instituciones del gobierno, lo que ha demandado mano de obra especializada en las diversas áreas del sector de las TIC.
“En este contexto pospandemia, la relevancia de los bootcamps de programación sólo se ha reforzado, pues muestran que están a la altura del desafío, ofreciendo modalidades de estudio en línea y con contenidos ágiles que pueden actualizarse según la demanda del mercado”, escriben las investigadoras del BID Alison Cathles e Isabel Vicentini.
En el artículo ¿Son los bootcamps de programación una respuesta a las necesidades de la era digital?, sostienen que este esquema de formación “tienen mucho que ofrecer, no sólo a instituciones educativas más tradicionales, sino también como modelos pedagógicos relativamente jóvenes”.
Para Andrés Mendoza, las empresas deben dejar de pensar en conseguir talento y “empezar a armar su propio talento”. El problema con esta propuesta es que no todas las organizaciones se lo pueden permitir.
Zoho Corp sí. En la India, sede de la compañía, crearon la Zoho School, donde matriculan a estudiantes que terminaron la secundaria y no tienen recursos económicos para seguir estudiando. “Los formamos durante dos años en una especie de carrera técnica, algunos pueden ser reclutados para trabajar con nosotros”.
Desafíos para ambas partes
La escasez de talento capacitado se ha convertido en uno de los mayores desafíos para las empresas del sector tecnológico. Para resolverlo, tanto las organizaciones como las personas que buscan empleo en ese sector deben hacer algunos cambios, dice Andrés Mendoza.
Por un lado, las empresas a menudo publican ofertas de trabajo que requieren habilidades y experiencia específicas, pero que no siempre están alineadas con las últimas tecnologías o herramientas disponibles. “Es común ver anuncios en los que se solicita un desarrollador con cinco años de experiencia en un lenguaje de programación que fue lanzado hace solo dos años”.
Otra constante es que solicitan “perfiles senior, incluso cuando se trata de tecnologías nuevas, como la inteligencia artificial (IA)”. En estos casos, es necesario considerar la opción de reclutar y formar talento junior, en lugar de centrarse únicamente en perfiles experimentados, recomienda.
Por otro lado, una vez que han obtenido un empleo o han finalizado sus estudios, “los profesionales del sector a veces se quedan en una zona de confort. Olvidan que trabajar en TIC implica mantenerse constantemente actualizado”.
Andrés Mendoza insiste: “No toda la formación necesaria se encuentra en un programa universitario, un curso o una certificación”. Gran parte del conocimiento “depende del autoaprendizaje y de la curiosidad por buscar, probar y leer sobre nuevos avances tecnológicos”.
Es decir, las habilidades blandas, como la capacidad de ser autodidacta y el aprendizaje permanente, son fundamentales para mantenerse actualizado en un campo tan dinámico como la tecnología, concluye.
Artículo tomado de El Economista, lea el original aquí.