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Cinco hábitos que dañan tu estómago

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El estrés y los hábitos alimenticios incorrectos ponen en riesgo nuestra salud digestiva. Comer mucho o demasiado rápido, entre otros factores, pueden provocar lo que comúnmente conocemos como dolores de barriga. 

La vida acelerada de la que (casi) nadie escapa, las comidas fuera de casa por pura obligación y los alimentos de rápido consumo ‘que no nos compliquen’ la vida son, a la larga, un cóctel explosivo que acaba repercutiendo, para mal, en nuestro sistema digestivo. En España, el estómago es el gran órgano olvidado. Asumimos que va a poder con todo, pero estamos poniendo en riesgo constantemente padecer todo tipo de enfermedades gastrointestinales.

Comer demasiado, hacerlo muy rápido y con estrés, ingerir un exceso de alcohol, fumar, y abusar de medicamentos irritantes como la aspirina o el ibuprofeno son factores que van minando nuestras buenas digestiones, hasta hacer que ‘el vaso rebose’. 

Como explica el doctor Pedro Juan Tarraga López, miembro del Grupo de trabajo de Digestivo de la SEMG (Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia) a 20minutos, «en nuestro país, además, la comida a la que estamos habituados hoy en día contiene gran cantidad de factores irritantes así como un exceso de grasa, que hacen que sea difícil de procesar. Esa circunstancia hace que nuestro estómago se vaya dañando poco a poco». Vamos a analizar los 5 hábitos corrientes que afectan a nuestra salud digestiva sin que nos demos cuenta.

1. El estrés, omnipresente en problemas estomacales

La finalidad del funcionamiento gastrointestinal es la adquisición de nutrientes del exterior para incorporarlos a nuestro organismo, de manera que lo dotemos de la energía necesaria. Sin embargo, ese correcto funcionamiento se ve interrumpido constantemente por una serie de hábitos incorrectos. El estrés es el más común de todos ellos.

«La forma más habitual en la que el estrés afecta al estómago es empeorando los síntomas de una afección digestiva que ya existe de base. Por ejemplo, la acidez estomacal, que es un ardor que sucede detrás del esternón, y que ocurre cuando el esfínter entre el esófago y el estómago se abre. Esta circunstancia provoca que los ácidos del estómago refluyan hacia arriba, en el esófago. Lo que hace el estrés es ralentizar la digestión, manteniendo los alimentos en el estómago por más tiempo», explica el doctor Tarraga.

La indigestión que provoca el estrés puede aparecer y desaparecer según las circunstancias. Para mantenerlo bajo control podemos llevar a cabo una actividad regular de ejercicio, controlando el peso para regular la función intestinal. «Lo aconsejable es hacer ejercicio antes de comer, y esperar al menos una hora después de las comidas para hacerlo», comenta Tarraga.

También son beneficiosas las técnicas de relajación como el el yoga o la meditación, «y el biofeedback, una técnica mental que te ayuda a controlar funciones corporales como las gastrointestinales».

2. Comer rápido y a deshoras afecta al estómago

Hoy en día comemos demasiado rápido, lo hacemos a deshoras y los alimentos que ingerimos habitualmente no son precisamente naturales. 

Según comenta el doctor de digestivo: «lo ideal para mantener una correcta salud digestiva y evitar problemas gastrointestinales es comer siempre a la misma hora, dentro de un orden, dedicarle el tiempo necesario a la masticación y deglución, bebiendo despacio, sin ansiedad, y descartar las horas intempestivas. Hay que eliminar las comidas excesivas en cuanto a cantidad, y también las que contienen demasiada grasa, evitando los fritos siempre».

«Es muy importante mantener una rutina de horarios que se asemejen a la fisiología del aparato digestivo, e intentar no interferir en ella. Siete comidas diarias de poca cantidad, cada una es un número que se asemeja bastante al ideal».

3. Alimentos irritantes para el estómago

En la dieta de la gran mayoría de los españoles se abusa de los alimentos irritantes, picantes y ácidos. «El picante, más que un sabor, es una sensación que se percibe a través de las terminaciones nerviosas receptoras del dolor cuando ingerimos un alimento rico en compuestos químicos. Es cierto que el picante, con moderación, estimula las secreciones gástricas, por lo que puede ayudar a favorecer las digestiones. El jengibre, por poner un ejemplo, es un alimento recomendable para el estómago, pero en cantidades pequeñas», añade el experto. 

En general, para mantener una correcta salud gástrica debemos intentar evitar (o minimizar su consumo) todos aquellos productos que puedan alimentar la acidez. En este punto hablamos de los picantes excesivos, las bebidas con cafeína, el alcohol, el tabaco, los refrescos industriales, el chocolate, los caramelos de menta… Los cítricos naturales son beneficiosos, pero nunca debemos abusar de ellos porque provocaremos el efecto contrario. 

Para finalizar con los consejos de los hábitos a eliminar de nuestras rutinas, está una fundamental: acostarse nada más comer. No es buena idea, y el estómago no hará correctamente su trabajo si no ‘le ayudamos’ a digerir con un poco de movimiento.

4. Fumar y beber no ayuda a los problemas digestivos

El tabaquismo produce inflamación de la mucosa digestiva. Por lo tanto, empeora los síntomas y las lesiones esofágicas provocadas por el reflujo gastroesofágico, incrementando las posibilidades de padecer úlcera de estómago y duodeno. «En el caso de las personas que ya lo padecen, existe un mayor riesgo de complicaciones como perforación, hemorragia y estenosis».

Por lo que respecta al consumo de alcohol,éste aumenta la producción de ácido gástrico, responsable de la irritación e inflamación en las paredes del estómago. «Con el consumo crónico de bebidas alcohólicas, podría llegar a desarrollarse cirrosis hepática, pancreatitis crónica, diabetes, hepatitis, úlceras e hígado graso», explica el doctor.

Y añade: «El organismo pierde agua con el paso de los años. Esto provoca que el alcohol tenga menos posibilidades de diluirse y esté, en consecuencia, más concentrado en sangre, lo que hace que los efectos sean peores. Por otro lado, la función metabólica del hígado se ralentiza: el proceso por el que nuestro cuerpo metaboliza el alcohol, oxidándolo y convirtiéndolo en sustancias químicas como el acetaldehído se hace más lento y es más difícil de eliminar para el organismo. El acetaldehído, principal responsable de las resacas, permanece más tiempo en el cuerpo. Para los que ya tienen problemas de estómago, el alcohol provoca que se manifiesten de manera más aguda y agresiva con la edad».

5. Abusar del ibuprofeno es malo para el estómago

Hoy en día, en los botiquines de todos los hogares hay medicamentos especialmente dañinos para la salud estomacal. Hablamos de los que contienen ácido acetilsalicílico y del ibuprofeno. El doctor Pedro Juan Tarraga nos invita a limitar al máximo su consumo para evitar problemas gastrointestinales.

Respecto a los denominados protectores gástricos, como es el caso de omeoprazol, que podrían proteger nuestro estómago del daño de ciertos medicamentos, el experto explica: «A los inhibidores de la bomba de protones, principalmente omeprazol, se les ha mal llamado protectores del estómago y se ha promocionado en exceso su uso. En muchas personas que toman tratamientos crónicos no son necesarios, y los médicos aconsejamos usarlos a la menor dosis y duración posible. En contra de la creencia popular, tomar varios medicamentos no justifica su uso y abuso».

Artículo tomado de 20 minutos, lea el original aquí.

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Categorizado como Salud

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