Descubre cómo estas prácticas revolucionarias están impulsando un cambio significativo en el acceso a servicios financieros y promoviendo la innovación en la región.
La industria financiera en Latinoamérica está experimentando una revolución impulsada por diversas tendencias y factores que implican un cambio significativo en la forma en que se brindan y consumen los servicios financieros en toda la región, pero que a la par están inyectando dinamismo y competitividad entre las empresas.
Esta transformación está permitiendo un acceso más amplio y equitativo a los servicios financieros, fomentando la innovación tecnológica, mejorando la experiencia del cliente y promoviendo la inclusión financiera en la región.
En ese sentido, Finnerio Connect destaca cinco prácticas que están revolucionando a la industria financiera en Latinoamérica:
1. Cooperación entre bancos y fintechs
La relación entre bancos y fintechs desempeña un papel imprescindible para la implementación y desarrollo de la banca abierta. Esta colaboración ha permitido que países como Brasil desarrollen una mayor apertura para el intercambio de datos, lo cual conlleva a la creación de ecosistemas financieros más integrados y colaborativos.
Seis de cada diez empresas fintech en la Alianza del Pacífico están colaborando con instituciones financieras en diversas alianzas comerciales para diseñar productos y servicios innovadores acorde a las necesidades de clientes, según datos de Finnovista y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En el contexto de Open Banking, esta práctica puede tener varios beneficios como un mayor acceso a datos a través de APIs, innovación y agilidad en los productos financieros, ampliación de servicios, así como una mejora en la experiencia del cliente con una mayor personalización de servicios adaptando las ofertas a las necesidades y preferencias individuales de los usuarios.
2. Marco regulatorio
Recientemente, integrantes de la Alianza del Pacífico presentaron una propuesta en materia de Open Finance a autoridades reguladoras de Chile, Colombia, Perú y México a fin de que se implementen reglas homogéneas en Latinoamérica que permitan a las entidades financieras operar de forma transfronteriza sin contratiempos.
Esta iniciativa es una muestra de que los países de Latinoamérica están teniendo avances significativos en materia regulatoria y que ahora, además de las normas locales, buscan aprender de otras naciones para fomentar el crecimiento de la banca a nivel regional.
3. Innovación
La innovación en el sector financiero es imprescindible porque permite automatizar y agilizar procesos, por ejemplo, con el desarrollo de las APIs la banca abierta impulsa la innovación contribuyendo a que las instituciones financieras y las fintech diseñen soluciones más rápidas y personalizadas para los clientes.
Además, la adopción de tecnologías disruptivas como la inteligencia artificial (IA), blockchain y el internet de las cosas está transformando la forma en que se realizan las transacciones financieras, se gestionan los activos y se brindan los servicios financieros. Estas herramientas innovadoras están facilitando la automatización de procesos, el análisis avanzado de datos, la creación de soluciones más personalizadas y la mejora de la seguridad.
4. Seguridad
Las prácticas innovadoras en materia de seguridad están destinadas a proteger los datos financieros y brindar a los clientes una mayor confianza en la realización de operaciones y gestión de sus activos. La colaboración entre instituciones financieras y autoridades promueve un entorno más seguro para todas las entidades.
Algunas de estas incluyen la implementación de tecnologías biométricas como el reconocimiento facial, huellas dactilares, reconocimiento de voz, así como el uso de la IA para detectar patrones inusuales de clientes y proporcionar un nivel adicional de seguridad en la autenticación de los usuarios.
5. Inclusión
En Latinoamérica, la inclusión está contribuyendo a una mayor participación de la población en el sistema financiero, permitiendo que sectores sub atendidos accedan a nuevos productos financieros como cuentas bancarias, seguros, préstamos, inversiones, entre otros servicios adecuados a sus necesidades.
De acuerdo con el Banco de Desarrollo de América Latina se estima que en Latinoamérica, el 41.67% de los adultos de la región no tiene acceso a una cuenta bancaria debido a la falta de documentación o falta de confianza en las instituciones, lo cual conlleva un gran reto para generar mayores condiciones y acceso a productos financieros. Además de tener servicios a la medida, una mayor inclusión genera que los usuarios tengan un mayor control sobre sus finanzas, lo cual empodera a las personas para tomar decisiones más acertadas que les permitan cumplir sus metas y acceder a una mejor calidad de vida, particularmente cuando hablamos de poblaciones vulnerables.