El desayuno es para muchos una de las comidas más importantes (y que más disfrutan) del día.
El frenético ritmo de vida que posee gran parte de la población hace que, a menudo, se descuiden aspectos como el de la alimentación. Si bien es cierto, cada vez son más los que apuestan por una dieta equilibrada y la práctica diaria de ejercicio, todavía existe mucho desconocimiento al respecto y no se ponen en práctica todos aquellos hábitos beneficiosos para la salud, como es empezar el día con un desayuno saludable.
Más allá de los que prefieren optar por el ayuno, ya sea involuntario por falta de tiempo o porque están decididos a llevar a cabo esta disciplina, hay quienes disfrutan verdaderamente del desayuno, considerándolo una de sus comidas favoritas. No es para menos, la cantidad de recetas que se pueden hacer para comer a primera hora de la mañana son muchas y para todos los gustos, y la mayoría de ellas están deliciosas.
Eso sí, teniendo en cuenta de que se trata de la primera comida del día y, para muchos, una de las más importantes, es fundamental que esté compuesta de alternativas beneficiosas para el organismo. Un desayuno saludable debe incluir alimentos que proporcionen una buena dosis de nutrientes esenciales para el cuerpo y para afrontar el resto del día.
Así, la Academia de Nutrición y Dietética (AND, por sus siglas en inglés) recomienda que el desayuno incluya una combinación de carbohidratos complejos, proteínas y grasas saludables. Y, por su parte, la nutricionista Isabel Smith recomienda en su página web incluir una porción de frutas y verduras en el desayuno, ya sea en forma de zumo, batido, ‘smoothie’ o como acompañamiento de otros alimentos. También anima a incluir una fuente de proteína magra, como huevos, queso fresco o yogur griego.
Proteínas: pavo, huevos, queso o salmón
Las proteínas son esenciales para la construcción y reparación de los tejidos del cuerpo. Además, son necesarias para la producción de hormonas, enzimas y anticuerpos que ayudan a mantener una buena salud. Las opciones saludables de proteína para incluir en un desayuno pueden ser: huevos, que también son ricos en colina, una vitamina esencial para el cerebro y los músculos; yogur griego sin azúcar, que contiene más proteína que el yogur regular y es bajo en grasas y carbohidratos; queso bajo en grasa, tofu, salmón o pavo.
Vitaminas, minerales y fibra: fruta
Las frutas y verduras son ricas en vitaminas, minerales y fibra, y son esenciales para mantener una dieta equilibrada y saludable. Las opciones de frutas y verduras para incluir en un desayuno pueden ser frutas frescas o congeladas, como el plátano, la manzana, el melocotón, el melón, la sandía o la pera. También se pueden incluir en un tazón de yogur, como las fresas o los arándanos o vegetales que pueden ser incluidos en batidos y zumos como las espinacas o el tomate.
Grasas saludables: aguacate o frutos secos
Aunque cada vez es más habitual, son muchas las personas que prescinden de las grasas saludables en su desayuno, cuando la realidad es que ayudan a absorber ciertas vitaminas y son una gran fuente de energía. Las opciones saludables de grasas para incluir en un desayuno pueden ser: aguacate, que es rico en ácidos grasos monoinsaturados, que pueden ayudar a reducir el colesterol malo; frutos secos y semillas, que son ricos en grasas saludables, proteínas y fibra; aceite de oliva rico en grasas monoinsaturadas y puede ayudar a reducir la inflamación.
Carbohidratos complejos: pan integral, avena
Los carbohidratos complejos incluyen la avena, el pan integral, las frutas frescas, las verduras, los batidos de proteínas y frutas o las tortitas de harina integral, entre otros. Estos carbohidratos proporcionan energía sostenible para el cuerpo y te mantendrán satisfecho durante más tiempo. Además, son ricos en fibra y otros nutrientes esenciales.
Líquidos: leche, café, zumos o té
Mantenerse hidratado es vital para una buena salud. Aunque conviene beber agua habitualmente durante el día, se puede empezar ingiriendo líquidos en el desayuno a través de agua, café o té sin azúcar. En este sentido, el té verde es especialmente beneficioso, ya que contiene antioxidantes que pueden ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo y mejorar la salud cardiovascular. También son buenas opciones la leche entera o los zumos naturales, aunque es mejor consumir la fruta entera.
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